El director creativo de Balenciaga, el diseñador georgiano Demna, volvió a las pasarelas ayer en París tras la polémica desatada por una campaña que sexualizaba a los niños y lo hizo riéndose de sí mismo.
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El casting fue variado, y representó a todas las edades y las morfologías y mezcla de modelos profesionales, gente común y celebridades.
La madre de Demna abrió el desfile. Siguieron personalidades de la moda que se ven por lo regular del otro lado del podio, como Miren Arzalluz, directora del palacio Galliera, museo de la moda de París, o Cathy Horyn, crítica de moda conocida por su pluma cáustica.
Explicaciones insistentes sobre lana, mignonette, entretela, pechera o el tamaño de las agujas a elegir, acompañadas con música dramática, sirvieron de fondo sonoro al desfile, en un podio cuadrado de color rojo bordado de cortinas de terciopelo. Antes del final, subió el sonido y las consignas se volvieron histéricas.
En el podio se sucedieron trajes y abrigos negros de gran tamaño, faldas plisadas con flores, y ropa interior y enormes zapatos tenis, así como el traje de boda que cierra tradicionalmente los desfiles de alta costura… porque no hay prêt-à- porter en el menú de esta Semana de la Moda.
La composición de algunos looks masculinos hacía sonreir: un abrigo negro con capucha y hombreras que sugieren monstruos, se llevan con mulas emplumadas y zapatos de tacón. El mismo zapato se usa con jean, bata larga roja o bolsa de supermercado con motivos de fresas.
Experto en desfiles impresionantes, cargados de mensajes relacionados con la sombría actualidad de la época, Demna se ha calmado tras la polémica en torno a una campaña publicitaria, en noviembre, que mezcló niños y accesorios de connotación sexual. Imágenes que provocaron polémica y fueron retiradas de inmediato.
Demna se excusó personalmente y prometió revisar su forma de mostrar las colecciones y aseguró que la moda no será para él solo asunto de vestimenta.
En la semana anterior parisina a de prêt-à-porter en marzo, realizó un desfile neutro, en un espacio minimalista que contrastaba con las escenografías ansiógenas o apocalípticas del pasado, en un túnel o en el pantano.
LEG