El próximo presidente o presidenta de la República Mexicana recibirá una economía sostenida con alfileres, una verdadera “papa caliente”, consideró el grupo Consultores Internacionales.
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Comparó que así como hace 30 años en diciembre de 1994 con el cambio de poder hubo una crisis económica muy fuerte en México, de no tomarse cartas en el asunto, la historia puede repetirse con el siguiente gobierno que reciba las finanzas y la economía “sostenida con alfileres”, consideró Julio Alejandro Millán.
“La economía (en 1994) se dijo en aquel periodo que estaba pegada con alfileres… y quien se los quitó detonó una crisis sin precedentes, es probable que tengamos algún periodo similar o muy complicado en materia económica de inicio de la próxima administración”, proyectó el consultor financiero.
Esto al hacer referencia del cambio de gobierno cuando Carlos Salinas de Gortari salió de la presidencia y entregó el cargo a Ernesto Zedillo Ponce de León en un periodo muy ríspido en materia económica y política de la historia nacional.
Urgió a que quien quede de presidente tiene que empezar de facto con una gran reforma hacendaria, que no es lo mismo que fiscal, tiene que ser hacendaria para reacomodar el gasto y tratar de derrumbar al país.
“Estamos convencidos de que este país requiere una reforma hacendaria, no una reforma fiscal, urge convocar a todas las fuerzas del país para ajustar la parte hacendaria y que no termine en una ley política”.
Dijo que estamos en un momento de oportunidad si lo aprovechamos con la llegada de grandes empresas con la relocalización, pero esas nuevas inversiones también necesitan mejores leyes y una gran certeza jurídica que se les puede brindar con una reforma hacendaria moderna.
Acusó que la iniciativa de proyecto económico para el siguiente año que se presentó ante los legisladores, el Paquete 2024, deja muy débiles a las finanzas públicas ya que la principal meta es el gasto de las pensiones y los proyectos bandera de este gobierno que no están dejando ingresos o ganancias aún como el Tren Maya, la Refinería, el Aeropuerto Felipe Ángeles.
Millán, también representante de la Alianza Latinoamérica de Consultores Económicos (Laeca), no quieren bajar el ritmo del gasto social a pesar de que no hay los recursos y prefieren endeudarse porque es un tema político-electoral.
Criticó el uso clientelar del presupuesto, ya que el gobierno sabe que frenar sus obras y el gasto social traerá de inmediato un descontento en la población, ya que saben que su músculo de voto está en la gente que recibe los apoyos.
Explicó que hay una gran debilidad en la recaudación de recursos, y al usar el presupuesto de forma asistencialista, y súmale o agregale que “se quieren super endeudar”.
Reconoció que la Secretaría de Hacienda se ha puesto a trabajar logrando una recaudación récord a pesar de la pandemia y de las duras condiciones económicas que existen actualmente.
Millán puntualizó que estamos en un punto en que nos endeudamos o recortamos el gasto, porque para el próximo año no habrá recursos suficientes para salir adelante con todo lo que se plantea, pero también alertó que es un mal momento para endeudarse porque el costo de la deuda es muy caro debido a las altas tasas de interés en todo el mundo.
“Nunca es un dato bueno aumentar la deuda para financiar el gasto corriente o el gasto social, creo que cuando uno incrementa la deuda, pues es para generar un retorno en este sentido, situación que no se está dando”.
El especialista estimó además que menores ingresos petroleros afectar las finanzas públicas y la paridad peso dólar.
Señaló que los números de Hacienda son muy optimistas con su proyección de crecer hasta 3.5% el PIB en 2024, pero será un duro golpe utilizar el 0.7% del PIB para un déficit de la cuenta corriente.
Comentó que el presupuesto basado en ingresos de 7.33 billones de pesos resultan 1.8% menores a los planteados para este año 2023.
LEG