Cruzado de brazos, así de solidario es el apoyo de Napoleón Gómez Urrutia con los trabajadores mineros y no, no me refiero a su actividad en el sindicato, ahí sabemos que está muy interesado y ocupado, pero contando y saqueando las cuotas sindicales y buscando recursos legales para evitar pagar los mil millones de pesos que les robó a los compañeros de Cananea. A lo que me refiero, es hacia su gestión como senador de la República.

Gómez Urrutia logró ser senador gracias a los mineros, de hecho sin los trabajadores, Napito, créanme, estaría en la miseria y debiendo hasta lo que comió ayer. Fue en 2002 cuando se oficializa como el gran impostor o como dirían hoy, el gran fake del sindicalismo, y es que llegó a la dirigencia sin ser minero y sin tener mínima idea del sector. En más de 20 años, lo único que ha logrado es labrar una cadena de escándalos ligados al enriquecimiento ilícito y a los abusos.

E insisto, Napillo no sería nada sin los mineros: cuando se autonombró y apoderó de la secretaría general del Sindicato Minero al asegurar que era su herencia y que nadie tenía más derecho que él; se encontraba lleno de deudas, debía millones de pesos en varios lados y a empresarios, y también hay que decirlo, a muchos ni les ha pagado a la fecha.

Curiosamente en la actualidad goza de estabilidad financiera y es dueño de una gran fortuna valuada en millones de dólares, autos de lujo, mansiones en México y el extranjero, obras de arte, por citar algunas pertenencias, y cómo diría el presidente López Obrador, ¿quién pompó? Pues los mineros. Aunque no quiera admitirlo y finja demencia, Gómez Urrutia el impostor, le debe a los mineros cada centavo que gasta.

Napillo acumula una gran deuda económica, moral y ética. Hoy mira a los mineros por debajo del hombro, los menosprecia y ha convertido el sindicato en una gran empresa, en donde las carteras sindicales son ocupadas por profesionistas afines a sus intereses, en lugar de mineros.

Ni imaginar siquiera que cumpla con su papel de líder, con muy pocos interactúa, se siente un ser superior, por ello, recientemente un grupo de compañeros que fueron despedidos y que pertenecen a la sección 271 en Michoacán fueron a buscarlo al Senado para pedirle una explicación ante su falta de apoyo.

Y así, bajo la misma cadena de abusos, transcurren los días para Napito como senador, y es que lejos de proponer alguna iniciativa a favor del gremio que le da de comer, se ha dedicado a lapidar el poder adquisitivo de los trabajadores mineros. Desde su curul propició la injusticia laboral más grande que se haya vivido en México en los últimos años, limitó inconstitucionalmente las utilidades a 90 días, reduciendo el ingreso por este derecho hasta en 90%, y no, no nos cansaremos de decirlo, hasta revertir el efecto.

También propuso una ley minera que sólo trajo consigo merma al sector, en todo momento puso en riesgo a las empresas y la generación de empleos y salarios, finalmente él tiene sus ingresos más que asegurados.

Como líder y como senador siempre será fake; es un impostor que en menos de un año se le acaba el fuero y tendrá que responder por las deudas morales y económicas que acumula, de igual manera deberá asumir su responsabilidad en la tragedia de Pasta de Conchos, en los accidentes y pérdidas de vidas humanas dentro de las minas a causa de su desinterés y omisiones, y a las acusaciones de extorsión por parte del empresariado. Es cuestión de tiempo.

 

     @CarlosPavonC