No sorprende que en las listas de Morena de los precandidatos a las nueve gubernaturas faltaran los nombres de militantes destacados, ya sea por su militancia o por su cargo.

Por ejemplo, en Chiapas, los consejeros estatales decidieron no incluir al presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado y coordinador de la bancada guinda, Eduardo Ramírez, o en el caso de Puebla, del expresidente de la mesa directiva Alejandro Armenta.

En Chiapas tampoco fue incluida en la cuarteta que participará en la encuesta para definir al candidato a gobernador, la polémica diputada federal Patricia Armendáriz en tanto que Veracruz fue dejado fuera el diputado Sergio Gutiérrez Luna, quien ha hecho cualquier cosa (cualquiera) para ser tomado en cuenta.

En Jalisco también fue dejado fuera de la cuarteta el diputado Antonio Pérez Garibay, que también quiere ser gobernador.

Los personajes anteriores tienen la veladora encendida para que el Comité Nacional del partido presidencial, los incluya en la lista de encuestables de acuerdo con sus estatutos.

El Comité Nacional tiene la facultad estatutaria de incluir a dos personajes en las listas previamente escogidas por los comités estatales.

Así se hizo en el 2021 con Américo Villarreal y Julio Menchaca, excluidos de las listas locales pero incluidos desde el centro; ahora ambos son gobernadores.

Generalmente los morenistas dan preferencia a los candidatos locales, lo cual está bien, pero la cúpula partidista se previno de esa tendencia agenciándose la facultad de incluir a dos personajes.

Y, sin duda, cuándo se incluye a dos más es porque uno de ellos es el favorito del Presidente y al segundo solo por cumplir algún compromiso.

Así que, como se decía en el priismo, “no están todos los que son ni son todos los que están’’.

Falta conocer a quiénes sí incluirá el Comité Nacional pues si bien los personajes dejados fuera por los comités locales son ampliamente conocidos, ello no implica que lo sean por los mejores motivos.

A ver.

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El presidente López Obrador ya dio la orden de que no se utilizara el caso de Ayotzinapa en contra del ahora precandidato a jefe de Gobierno de la CDMX, Omar García Harfuch.

Pero, parece que lo hizo, como se dice en el barrio, de dientes pa’fuera porque los ataques no sólo no han cesado, sino que se han incrementado, sobre todo en las redes sociales.

García Harfuch es, sin duda, un buen precandidato, pero se nota desde la estratosfera que no tiene plan, discurso, estrategia o programa.

No solo no sabe cómo responder los cuestionamientos periodísticos, sino que lo poco que se le ha oído hablar es solo una repetición de guion en el que ofrece lealtad a… Claudia Sheinbaum.

Muchos comparan a García Harfuch con el fenómeno de Enrique Peña, pero se equivocan en lo esencial; Peña sí traía discurso.

Como sea, en Morena parece que le importa más las filas de personas que se forman para tomarse una foto con García Harfuch “porque está guapo’’.

¿Eso le alcanzará para ganar la interna morenista?

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La Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (así se llama) de Morena, informó que fue aceptada la queja que presentó Marcelo Ebrard por las irregularidades que, según el excanciller, se cometieron en el proceso de selección del candidato presidencial.

Dicha Comisión dijo que la queja se recibió y que será analizada de acuerdo con los tiempos estatutarios, lo que Ebrard debe interpretar como un “nos vale madre’’.

Al fin que ya le abrieron la puerta en el Movimiento Ciudadano.

LEG