Los medicamentos caducados pueden ocasionar intoxicaciones que ponen en riesgo la salud de las personas o, en el mejor de los casos, no tener ningún efecto contra el malestar del paciente, por lo que no deben ser consumidos, destacó la académica de la Facultad de Química de la UNAM, Bárbara Alejandra Lerate Rosales.

Por ejemplo, la especialista señaló que un medicamento caducado es reconocible, en el caso de los jarabes, si presentan algún polvo en su interior, si no tienen el color original, o si presentan algunos hongos o residuos pegados, pues son indicadores de que bacterias nocivas los colonizaron.

También explicó que el desecho de fármacos caducados en la basura o el inodoro es un problema grave, porque contamina el ambiente; o bien, son utilizados por la industria de la piratería causando problemas a la salud.

La experta señaló que por ello es necesario generar una cultura de reciclaje, a fin de depositarlos en contenedores especializados, ya que entre los principales problemas están la automedicación y los tratamientos no concluidos en los hogares, razón por la cual las familias suelen guardarlos, pero son afectados por la luz, humedad y calor.

Ante jóvenes reunidos para escuchar la primera de tres charlas que forman el ciclo “Medicamentos, su caducidad y desecho”, organizada por la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, la química fármaco-bióloga explicó que uno de los inconvenientes es la falta de información del tema.

Según la encuesta de Prácticas Ambientales en los Hogares 2015, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, gran parte de las personas interrogadas desecharon los residuos médicos a la basura.

En 2017 la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios anunció que hasta ese año se producían tres mil 100 millones de fármacos, de los cuales 6% se encontraba en el mercado ilegal o informal; de estas medicinas, 9% representó un riesgo de salud.

LEG