¿Que si son tiempos difíciles para los trabajadores de México? Vaya que sí, basta observar para darnos cuenta que la mayoría están indefensos y en manos de pseudo líderes movidos por la ambición, por el dinero y no por la causa obrera.
La semana pasada vimos un circo montado por el presidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Senadores, Napoleón Gómez Urrutia, Napillo, ya con el nombre, se sabía que no podíamos esperar más que un chasco y así fue.
Se levantó el cuello con logros ajenos y anunció la aprobación de dictámenes meses atrás validados e incluso ya operando, una total simulación: simula ser líder, simula ser minero, simula ser trabajador y simula ser legislador pagado por todos los mexicanos.
Entre los supuestos logros de Napillo está la estabilidad laboral, aunque siempre haya ido en su contra; no exagero si digo que tiene el récord de estallamiento de huelgas ilegales, pero su cinismo es igual de largo que su lengua y su cola.
El segundo anuncio fue la lactancia extendida para mujeres trabajadoras, esto no es nuevo, hace nueve meses se dio el dictamen donde se aprobó la ampliación del plazo de seis meses a dos años.
Una victoria más enumeraría Napillo, esta tampoco fue para los trabajadores, sino para el bolsillo del senador y su familia: impulsarán revertir la reforma laboral de 2019 para volver obligatoria y descuento vía nómina el pago de cuota sindical. Cuotas que en el caso del sindicato minero maneja en total opacidad desde hace 20 años.
Como si se tratara de su dinero, Napillo defendió este cambio y argumentó que fue Coparmex quien propuso que la cuota fuera opcional con el fin de debilitar el sindicalismo; sin embargo, una vez más habla por hablar ya que son los legisladores quienes aprueban las leyes y no los empresarios. Un dato más, al llegar a la dirigencia del sindicato minero, lo primero que hizo fue incrementar la cuota sindical.
A Gómez Urrutia no le importan los trabajadores, sólo le interesa exprimirlos y limitarlos económicamente. ¿Ya olvidaron que fue él quien impulsó la reducción anticonstitucional del pago del reparto de utilidades y que lo topó a 90 días reduciendo este recurso hasta en 90%?
El fraudulento anuncio en favor de los trabajadores guardaba un chiste más, el otorgamiento de créditos del Fonacot. Infórmenle al senador que este crédito se puso en marcha desde mayo de 1974, los trabajadores llevan más de cuatro décadas utilizándolo.
A todas estas ocurrencias, disfrazadas de importante anuncio, se le sumaron varios representantes obreros que aplaudieron sin cesar y ciegamente a Napillo. Una total burla a sus bases y a la clase trabajadora.
¿En manos de quiénes están los trabajadores? De líderes que están más interesados en aplaudirle a quien fuera prófugo de la justicia por robar 55 millones de dólares, en quienes vitorean falsedades y simulaciones, en quienes fingen que no pasa nada y no exigen ni medicinas, ni mejores servicios médicos para los trabajadores aún teniendo un lugar en el Consejo Técnico del IMSS.
Podrán existir vivales y mitómanos como Gómez Urrutia, oportunistas que lucran con la necesidad y los derechos de los trabajadores, pero callar o aplaudir es ser cómplices.
Como trabajadores tenemos retos y compromisos, debemos interesarnos e involucrarnos con nuestras organizaciones, ser partícipes. Cerremos la puerta a líderes apócrifos, a impostores que sólo buscan el voto para beneficiarse del trabajo y del esfuerzo ajeno.
@CarlosPavonC