Las piezas, que salieron de Ucrania antes de 2016 tras formar parte de una exposición en Kiev, fueron “sustraídas y exportadas ilícitamente e iban a ser vendidas en Madrid” de manera clandestina, explicó la Policía Nacional en un comunicado.
Además de recuperar las alhajas, los agentes arrestaron “a cinco personas, desarticulando con ello una red criminal dedicada al tráfico ilícito de bienes culturales procedentes de Ucrania”, añade el texto.
Tres de los detenidos son españoles y dos ucranianos, en una operación conjunta de la Policía Nacional y el Servicio de Seguridad de Ucrania que contó también con la ayuda de Bulgaria, Albania, Macedonia del Norte y Chipre.
Las piezas pertenecen a la cultura greco-escita de los siglos VIII y IV aC, y son estudiadas por organismos especializados españoles.
Las pesquisas se iniciaron cuando los agentes descubrieron que una serie de joyas de oro ucranianas de gran valor histórico estaban siendo comercializadas por un ciudadano ucraniano afincado en Madrid.
Las piezas no podían venderse por los canales lícitos habituales, como las subastas, por lo que se urdió una trama para esconder su origen ilícito y facilitar su venta.
Así, las joyas iban acompañadas de documentos en ucraniano, inglés y español para acreditar que pertenecían a la Iglesia Ortodoxa ucraniana. Al mismo tiempo transferían la propiedad y la capacidad de administrarlas al principal investigado, un sacerdote ortodoxo afincado en Madrid.
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La primera pieza intervenida en 2021 era un cinturón de oro con cabezas de carnero que estaba depositado en una caja de seguridad en Madrid, y que el investigado vendió a un empresario madrileño.
Este cinturón, así como varias de las otras alhajas recuperadas, procedieron de una exposición celebrada en un museo de Kiev entre 2009 y 2013. /AFP