Las autoridades continuaban ayer con un operativo para detener a un reservista del Ejército que abrió fuego en un boliche y en un restaurante bar del noreste de Estados Unidos, con un saldo de al menos a 18 personas, una de las peores masacres de los últimos años en el país.
“Me entristece profundamente presentarme ante ustedes hoy para informarles que 18 personas perdieron la vida y 13 resultaron heridas en los ataques de anoche”, informó la gobernadora del estado de Maine, Janet Mills.
Las matanzas ocurrieron la noche del miércoles en Lewiston, una ciudad de 36 mil habitantes, la segunda del estado de Maine, donde se instó a la población a permanecer en sus casas por el riesgo que supone este hombre “armado y peligroso” que se dio a la fuga tras los tiroteos.
La Policía difundió la fotografía del atacante a quien identificó como Robert Card, de 40 años. Por el momento se desconocen sus motivaciones.
Esta nueva matanza, una de las más mortíferas desde la de Las Vegas en 2017, se añade a la larga lista de tiroteos que se presentan regularmente en EU, donde las armas pululan y son fáciles de adquirir.
“Me tiré encima de mi hija, y mi madre encima mío”, dijo Riley Dumont, quien explicó cómo su padre, un policía retirado, volcó una mesa para proteger a niños de la balacera.
EU tiene más armas que habitantes: un adulto de cada tres posee al menos un arma y casi un adulto de cada dos vive en una casa donde hay un arma.
La consecuencia es la altísima tasa de muertes por armas de fuego, incomparable con la de otros países desarrollados.
Excluyendo los suicidios, más de 15 mil personas han muerto a causa de la violencia armada desde principios de año en el país, y el ataque del miércoles es el más mortífero registrado durante el período, según la organización Gun Violence Archive. /CON INFORMACIÓN DE AFP