Mientras Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, descartó ayer cualquier alto al fuego en la Franja de Gaza, la ONU indicó que diez de los hospitales del norte de ese enclave recibieron advertencias de evacuación, al tiempo que el Ejército avanza “metódicamente” y los combates terrestres se intensifican.
A pesar de la presencia de miles de pacientes y cerca de 117 mil refugiados que buscan protegerse de los bombardeos, las fuerzas armadas “extendieron su entrada terrestre en la Franja de Gaza, lo están haciendo por etapas moderadas y muy potentes, avanzando metódicamente paso a paso”, declaró el dirigente israelí tras una reunión con su gabinete de guerra.
“Es imposible evacuar hospitales llenos de pacientes sin poner en riesgo sus vidas”, afirmó el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“Los llamados a un alto el fuego son llamados a Israel a rendirse frente a Hamás. Eso no ocurrirá”, sentenció Netanyahu, 23 días después del ataque de Hamás, que dejó un saldo de al menos mil 400 muertos.
En su incursión, los milicianos secuestraron también a 239 personas, según las autoridades. El mundo debe pedir la liberación “inmediata y sin condiciones” de los rehenes, añadió el mandatario, que enfrenta una creciente presión sobre el destino de estos cautivos. A la par, el Ejército de Israel anunció el rescate de Ori Megidish, una soldado secuestrada y retenida por Hamás en el enclave.
Según el último balance de las autoridades de Salud de este territorio gobernado por Hamás desde 2007, los bombardeos de represalia de Israel provocaron más de 8 mil 300 muertos en Gaza, incluyendo 3 mil 457 niños.