La verdadera inteligencia de esta coyuntura es la de la precandidata a la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, al generar una dinámica de interés en torno de algunas candidaturas a los gobiernos de los estados y fortalecer con ello el relanzamiento de la legitimidad del movimiento político social llamado Morena: hay competencias reales como en ningún otro partido.

Especialmente en la capital nacional, que hoy gobierna Martí Batres. Resolver la clara distribución de las porciones de representatividad es clave para agregar a la inteligencia política de Sheinbaum un mecanismo de conciliación con base en criterios realistas, aplicables y perdurables. Ahí requiere a todas y todos los actores probados e incluso a los reprobados.

Sobre estos últimos. La ventana de oportunidad es la operación y la asignación de tareas. Con independencia de las respectivas responsabilidades, vuelve a destacar una competencia donde criterios de posicionamiento, territorios, confianzas de todo origen, desechable o perdurable, y género, son variables a ser ponderadas.

La única convergencia en Morena, puede percibirse, es mantener la unidad proveedora tanto de sobrevivencia y trascendencia política de los valores de la izquierda y sus renovados y nuevos aliados históricos, así como de generar una estructura de salida a la presión de los grupos más pragmáticos y elementales a los cuales les resulta irrelevante esa agenda, pero no el mantenimiento de poder.

A unos días de que Morena dé a conocer los resultados de la encuesta que definirá las 9 Coordinaciones Estatales de Defensa de la Transformación en las entidades donde habrá elecciones a las gubernaturas y Jefatura de Gobierno en 2024, en todas las entidades se observa el procesamiento de la tensión entre aquellos que impulsan una u otra respuesta a estas preguntas: ¿cómo se combinarán resultados de las encuestas y el tema de género?, ¿cómo la unidad contribuye a que coincidan posicionamiento y capacidad de movilización?, ¿cómo se mueve alrededor de la idea de mantener el movimiento y también la victoria?

El crecimiento de rasgos épicos, alcanzando a intelectuales, artistas y a los medios pese a ciertos bloqueos evidentes al inicio del proceso interno de Clara Brugada Molina ha mantenido una tendencia al alza de explicación en diversas variables a la vista: 1) los segmentos de las clases medias que la han conocido la han arropado y las encuestas de los cuartos de guerra paradójicamente lo muestran, 2) la identidad político ideológica de amplios segmentos de la población no se modifica por un candidato y 3) muy pocas personas pueden representar a un movimiento y al mismo tiempo generar expectativa de victoria.

Y ese es el caso de Sheinbaum y Brugada.

  @guerrerochipres