El equipo brasileño de Fluminense conquistó este sábado 4 de noviembre la anhelada primera Copa Libertadores de su historia, en el legendario Maracaná, al imponerse 2-1 en la final sobre Boca Juniors, que revivió, como hace cinco años en el Bernabéu, la frustración de perder el partido cumbre por el cetro de Sudamérica.
Los delanteros Germán Cano, a los 35 minutos, y John Kennedy, a los 98 en la prórroga, marcaron los goles para la victoria del Tricolor carioca. El peruano Luis Advíncula, de Boca Jrs, se encargó del empate parcial a los 72′
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El título hace honor a la campaña del Flu en la edición 2023, en la que hizo visible un fútbol ofensivo casi comparado con el tradicional ‘jogo bonito’ brasileño, y que catapultó a Fernando Diniz a la Seleção como entrenador interino.
Para Boca la derrota es un durísimo golpe en su obsesión por alcanzar el séptimo título de Libertadores. Una segunda final de Copa que pierde desde 2018, cuando su archienemigo River Plate le infligió la peor humillación en su historia al derrotarlo en el Santiago Bernabéu.
El “dinizismo” en estado puro
El “dinizismo”, resumido en posesión del balón, circulación rápida y sin posiciones tácticas fijas, alcanzó su punto más alto en la Copa con una trabajada victoria que estremeció el Maracaná.
El del Flu fue un trabajo de paciencia, porque Boca lo incomodó en demasía con sus líneas bien juntas, sin dar mayores opciones a su circuito ofensivo, en el que el colombiano Jhon Arias a pura gambeta y velocidad se mostró como el más inquietante para el Xeneize.
Y fue en una de esas proyecciones del volante cafetero, en sociedad con Keno, como Fluminense encontró la fisura en el esquema defensivo de Boca y que Cano, el goleador del torneo con 13 anotaciones, transformó en gol a los 35 minutos con un remate fuerte pegado a la base del palo derecho de “Chiquito” Romero.
Boca apenas se acercó a Fábio con un remate de Merentiel a los 15 minutos, poco después de un aviso de Cano con un cabezazo que controló Romero.
Con nervio pero sin claridad, Boca intentó equiparar el juego en los 10 minutos finales del primer tiempo, pero el arco del Flu se le hizo lejano a pesar de dos remates de Merentiel y Barco sin mayor peligro.
Cañonero peruano
Para Boca era el todo o el nada en la segunda mitad. O se llevaba por delante a Fluminense para encontrar la paridad o permitía que el Flu volviera a esconderle la pelota para terminar sufriendo.
Sucedió lo segundo. Como lo hizo en la parte inicial, el Fluzão aisló a Barco de Cavani y Merentiel, el dúo uruguayo de ataque de Boca, y con Arias inquietando permanentemente a su compatriota Frank Fabra el Xeneize perdió la salida por izquierda.
Fluminense tendría una baja importante en la parte defensiva, pues Felipe Melo salía de cambio por lesión. Esto hizo que poco a poco, el Boca tomara confianza al ataque, pero fue un defensor quien era el goleador de los argentinos, el peruano Advíncula.
El lateral derecho, como lo hizo ante el Deportivo Pereira, Colo Colo y Nacional de Uruguay, emergió de la nada para cargarse al Xeneize a hombros, y con un golazo de media distancia, a los 72′, puso el empate 1-1 que cortó la dictadura de juego del Flu y forzó la media hora de prórroga.
Cielo e infierno
La tensionante media hora que continuó en el Maracaná fue digna de una final.
La pierna fuerte apareció en ambos bandos, y también John Kennedy, de 21 años, una de las apuestas de Diniz cuando tomó las riendas del Tricolor carioca en mayo de 2022.
Kennedy saltó al campo a los 81 minutos por Ganso para reforzar el ataque, y con esa cuota de habilidad y picardía fue minando la defensa de Boca. A los 88′ vio una amarilla por falta sobre Ezequiel Fernández, pero su show vendría más tarde, en el tiempo de prórroga.
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Un bombazo de media distancia a los 98 minutos, a pase de Keno de cabeza, rompió el arco de Boca para el 2-1. Pero la juventud le pasó factura en la celebración con una corrida fenomenal para abrazarse con la torcida en la tribuna, lo que el árbitro colombiano Wilmar Roldán no perdonó mostrándole la tarjeta roja.
Los 15 últimos minutos de la prórroga fueron de vértigo y fricción, pero la fiesta ya estaba cumplida. Fluminense reclamó la Copa Libertadores, vestida ahora con el tricolor carioca.
Como campeón de la Libertadores 2023, el Fluzão disputará en diciembre el Mundial de Clubes de Arabia Saudita y el de Estados Unidos 2025, jugará la final de la Recopa Sudamericana 2024 y arrancará su participación en la Libertadores del próximo año desde la fase de grupos.
EAM