No todo el mundo vale para ser político. La política es uno de los oficios más nobles del mundo si se utiliza como el predicamento de la procuración al ciudadano. Malo es cuando, utilizando como excusa al ciudadano se usa de modo personal para beneficio de uno mismo.

En la política como en la vida no todo vale. No se puede usar cualquier resorte para perpetuarse en el mando del poder. Lamentablemente no todos lo ven así.

El peor presidente de los últimos doscientos años de la historia de España, Pedro Sánchez, ve la política como su propio beneficio. Para él es una pocilga dónde ve cómo se lavan sus “compañeros” mientras él se ducha con agua caliente.

Ya tiene cerrado prácticamente el acuerdo de gobierno con los separatistas catalanes y vascos. En esta alianza contra la patria ha encontrado puentes de convergencia con los separatistas. Y ha buscado soluciones como la posibilidad nada remota de un referéndum para saber si Cataluña y el País Vasco quieren separarse de España.

También ha negociado el reconocimiento de estas dos comunidades autónomas como naciones. Cataluña, el País Vasco y España serían lo mismo; tres naciones que se verían de tú a tú. Y algo más, quiere que el artífice del rompimiento anticonstitucional de Cataluña de España, el siniestro e inefable Carles Puigdemont, pueda volver a España sin ser detenido a pesar de las acusaciones que hay sobre él de rebelión y sublevación.

Dice el innombrable Pedro Sánchez que todo esto lo hace por el bien de España. En mi humilde opinión me gustaría agregar que Pedro Sánchez ama a España lo mismo que un croata a un serbio. O sea, nada.

Este personaje que parece extraído de una pesadilla nocturna o de un cuento de miedo, no es más que un vendepatrias, un felón, un traidor a su país y a sus principios – tal vez porque él carece de ellos – y a los principios de la gente de bien.

Pedro Sánchez se ha convertido en un reptiliano que muda de piel en función de lo que le interese con tal de quedarse en la silla del poder. Es inconcebible, realmente inconcebible. No se puede vivir apoltronado en la traición, en la infamia, en la ruindad.

Si Pedro Sánchez tuviera algo de vergüenza, hace mucho que habría dejado el poder. España es un país mucho más grande que ese gobierno de pacotilla que tiene. Se trata de un gobierno que no es ni gobierno ni es nada. Son una pandilla de facinerosos, de filibusteros que buscan vivir del poder en el poder.

 

    @pelaez_alberto