El activista Óscar Kabata quien fue víctima de tortura por parte del Ejército hace 14 años se crucificó la tarde de este martes frente a la Puerta Mariana de Palacio Nacional.
El hombre, quien junto a su madre han mantenido plantones frente a las instalaciones de las secretarias de Gobernación y Defensa Nacional se clavó al madero justo frente al campamento que instaló la llamada Caravana por la Reconstrucción de Acapulco, y entre hayes de dolor gritó:
“No quiero dinero, quiero justicia ¡Maldita sea! (…) Quiero justicia por las víctimas porque me caga ver en la puta Mañanera que digan que no pasa nada”.
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Y tras momentos en los que Kabata fue abordado por personal de la Secretaría de Gobernación, de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México y paramédicos, además de ser encapsulado por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina, uniformados lo desprendieron del madero y lo cargaron a una ambulancia.
El activista, en los metros que lo separaban de las vallas que resguardan la sede del Ejecutivo a la unidad médica iba gritando “me llevan secuestrado”, incluso, ya una vez en la ambulancia abrió sus puertas y gritó de nuevo “me llevan secuestrado”.
Kabata de Anda padeció tortura en 2009 en Ciudad Juárez, Chihuahua, al ser detenido por elementos militares que participaban en el Operativo Conjunto Chihuahua.
LDAV