Las cosas tardarán en sentirse normales de nuevo, pero hay una luz al final del túnel.
¿Se imaginan una cinta sin personajes? ¿Un set sin tener a nadie a quién filmar? La columna vertebral del cine son lxs actores. Sin actores, no hay películas ni series. Y sin películas ni series, una parte esencial de la experiencia humana muere. El arte es vital para expresar nuestra humanidad.
Por eso, cuando el 19 de julio el Sindicato de Actores de Cine-Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA) salió a protestar junto con lxs escritores, reclamando muchos de los derechos que ellxs esperaban, supimos que ahora sí la industria estaría parada y los estudios pondrían atención a las demandas de quienes escriben las series, cuya disputa había comenzado el 9 de mayo.
Luego, cuando la huelga de escritores terminó el 27 de septiembre, empezamos a sentir alivio. El fin se veía cerca. Sin embargo, no fue cuestión de días, porque las negociaciones —las cuales trataron de mejorar salarios, compensaciones por apariciones servicios de streaming, y protección de la imagen e integridad de actores, además de que no fueran reemplazadxs por la inteligencia artificial— aún estaban rudas.
Sin embargo, se ha llegado a un acuerdo tentativo, el cual promete dar más detalles de en qué consiste mañana, cuando el trato entre estudios y el sindicato sea aprobado: “En un contrato valorado en más de mil millones de dólares, hemos logrado un acuerdo de alcance extraordinario que incluye aumentos de compensación mínima superiores, disposiciones sin precedentes para el consentimiento y la compensación que protegerán a los miembros de la amenaza de la IA y, por primera vez, establece un bono de participación en streaming.”
¿Podemos cantar victoria? Sí, pero…deberemos ser pacientes.
Varias cintas y series han sido retrasadas a raíz de las huelgas, las cuales se esperan que hayan generado una pérdida de 6,500 millones de dólares. Entre ellas, las cartas más duras de posponerse son Dune: Parte 2, Deadpool 3 y Stranger Things 5. Por cómo funciona la industria hollywoodense, en donde las producciones son escritas y filmadas mucho antes de ser exhibidas, no nos había tocado ver el impacto de una cartelera insípida y vacía.
Francamente, eso se verá reflejado en 2024, donde quizá haya un catálogo muy pobre de cine estadounidense. El lado positivo de esto es que se le puede dar oportunidad a los cines de, para no morir durante ya de por sí fechas duras para sus ganancias, darle oportunidad a producciones internacionales o más chicas de brillar, o a experiencias como la de Taylor Swift y Beyoncé de acaparar las pantallas.
Por tanto, el mundo arde… pero Hollywood ya no. Por lo menos el arte nos podrá abrazar ante toda esta oscuridad.
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