En el último Parlamento Abierto organizado por la Cámara de Diputados sobre la reforma constitucional que disminuye la jornada laboral de 48 a 40 horas, emprendedores y representantes empresariales pidieron la implementación gradual de la reducción.
Sin embargo, la diputada Susana Prieto (Morena) criticó esta solicitud, la cual, aseguró, se ha hecho desde hace 50 años atrás.
Te podría interesar: Alista Senado aprobación de renuncia del ministro Arturo Zaldívar
“Y todavía vienen aquí a decirles a los trabajadores que hace falta tiempo”, recriminó la morenista e incluso criticó que la reforma que se aprobó en esta legislatura sobre vacaciones dignas no se cumple porque no se incluyen candados para que los empresarios cumplan.
El vicepresidente de la comisión laboral de seguridad social y recursos humanos de la Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN), Álvaro García Parga, sostuvo que reducir la jornada laboral sin una amplia discusión es preocupante.
“Nuestra jornada del trabajo no incumple con ningún tratado y defenderla no implica estar en contra de los derechos fundamentales del trabajo. Hablemos de cómo lo han hecho en otros países, Colombia, Argentina, Brasil, estamos hablando de 43, 44 horas, comparemos contra el norte, claro, se trabajan 40 horas, pero se pagan 40 horas”, dijo el representante empresarial.
El secretario general adjunto del Comité Nacional de la CTM, Fernando Salgado Delgado, abogó por la aprobación de la reforma y sostuvo que no solo se trata de aumentar los días de descanso, sino de reestructurar la vida laboral del país.
Te podría interesar: Renuncian dos altos mandos del Inai
“Pasar de 48 a 40 horas es un impacto social muy importante y es un debate que se ha pospuesto desde 1987 en los que el discurso para los trabajadores era “apretarse el cinturón porque tuvieron que tomarse medidas difíciles”, señaló.
Apuntó que una semana de 40 horas debe significar mejor trabajo, no menos trabajo, y cedió en que se deben revisar las particularidades de cada sector, “nos interesan las empresas, pero no a costa de los trabajadores”.
LEO