Rusia, aliado clave del líder sirio, Bashar al Asad, reivindicó un bombardeo contra yihadistas en la provincia siria de Idlib durante el fin de semana y afirmó que mató a más de 30 combatientes y dejó más de 60 heridos.
En un comunicado, las Fuerzas Armadas rusas informaron que “el 11 de noviembre, las fuerzas aeroespaciales lanzaron bombardeos en la provincia de Idlib contra instalaciones del ‘grupo terrorista Jabhat al Nusra’ que atacaron al ejército del gobierno de Siria”.
Además del daño en los refugios subterráneos y campamentos de entrenamiento, los ataques dejaron el deceso de 34 combatientes y más de 60 heridos, según cifras del ejército ruso.
El atentado también se confirmó por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé con sede en el Reino Unido con informantes en el terreno.
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El gobierno impulsado por el país ruso intensificó los bombardeos en Idlib después de un ataque contra una academia militar en Homs que dejó más de cien muertos el mes pasado, según el OSDH.
Rusia y Turquía negociaron un cese el fuego en Idlib en 2020 tras una ofensiva del gobierno sirio, pero es frecuente que esta tregua sea violada.