Garfield, el gato amante de la lasaña y las siestas, pasó por distintos cambios desde que su creador, Jim Davis, publicó su primer debut hasta lo que hoy en día conocemos de él.
El primer diseño que Davis realizó de Garfield era bastante diferente a lo que hoy conocemos.
Una de las características de esta primera versión era que Garfield caminaba a cuatro patas. Su aspecto era el de un gato gordo, vago y con una cara tan grande que apenas dejaba ver sus pequeños ojos y sus diminutas orejas.
Una de las diferencias más grandes es que la historia inició girando en torno al dueño de Garfield, dentro de los cómics, Jon Arbuckle.
Después del éxito que tuvieron estas primeras tiras cómicas, Davis hizo notables cambios en el aspecto del gato, como si andar a dos patas. Sus extremidades fueron agrandadas, para lograr darle un toque más cómico.
Así fue que Garfield empezó a tener más protagonismo en la trama, debido a que muchos espectadores lo consideraron como lo más divertido de la historia.
En 1979, Davis empequeñeció el cuerpo y cara de Garfield, haciéndolo más redondo y estilizado.
Debido a la exigencia del público por querer consumir más de Jon y su gato, Garfield brincó de los periódicos a la televisión en 1980, con la aparición en el programa “The fantastic funnies’”, para después tener su propio programa “Here comes Garfield”.
Para 1996 las extremidades de Garfield se modificaron nuevamente alargando sus patas traseras, dándole una aspecto más humano.
En 2004 la historia tuvo un giro inesperado: se estrenó la película en live action, dándole al gato un aspecto más cercano a la realidad.
En 2008 se estrenó el segundo programa de Garfield, con un nuevo diseño para él. El aspecto de Garfield cambió completamente debido a que todas las escenas fueron hechas por computadoras.
A pesar de la antigüedad del personaje, Garfield es recordado en la sociedad, debido a su irónica actitud, además de todas las historias con el que el público se identifica con él.