No desaprovechemos experiencia, diversidad de conocimientos, compromiso y capital político de quienes en un proceso de elección interna resulten provisionalmente perdedores.

El método de selección de Morena exhibe diversos objetivos del fortalecimiento de la democracia partidista.

En primer lugar, representa el intento de una transparencia compleja y aún en debate respecto de la función de las encuestas y de la propia construcción de las mismas, así como su contraste con las tradicionales decisiones de las cúpulas elaboradas en la mayor opacidad.

Las encuestas están en cuestionamiento en los encuentros académicos, de marketing político, de observadores diversos e incluso entre quienes se benefician de ellas o quienes las padecen. Sin embargo, existe un acuerdo muy claro respecto de cuáles mecanismos son mejores frente a intereses de competidores inevitablemente adversariales.

No estamos ante una revelación de la ciencia aplicada a la definición de las mujeres y hombres más competitivos. Me consta, a lo largo de los años, cómo ciertas ayudas estimables pecuniariamente de ciertas empresas ayudan a empujar el perfil de quienes las pagan. No siempre. No mayoritariamente.

Un esquema basado en la demoscopía no debería dejar lugar a dudas sobre los méritos de las y los aspirantes. Debería tender a legitimar las nominaciones al interior del partido y ante la ciudadanía. Sin embargo, no necesariamente son así percibidas en este momento. No es un asunto mexicano. Veamos Argentina.

Será el rasero para medir a las otras fuerzas políticas en la apertura y claridad en el sistema de selección condicionante de las decisiones de los partidos.

Segundo objetivo: búsqueda de cohesión. Ayuda a disminuir el costo de vinculación con los perdedores, aunque no lo elimina.

Contrario al vaticinio de opositores, por lo pronto, la elección morenista no provocó rompimientos. Hubo compromiso para asumir las reglas y voluntad en la aplicación del criterio de paridad, a pesar de la narrativa posterior insistente en una concesión negociada u obligada o ante la evidencia del comportamiento dispar de quienes niegan los efectos.

Clara Brugada fue la mejor mujer posicionada en las nueve entidades. Obtuvo 26.7 por ciento de las preferencias en la Ciudad de México, y sin pérdida de tiempo comenzó un proceso de integración de las y los otros competidores.

Tercer objetivo: aprovechar la experiencia y conocimiento de otras personas.

La conformación de un consejo de asesores, con la participación de Omar García Harfuch, Hugo López-Gatell, Miguel Torruco y Mariana Boy muestra la disposición de contribuir a la consolidación de un modelo social encaminado a la atención de las necesidades de toda la población.

Las diferencias no eliminan la unidad como reconoció García Harfuch en la presentación del equipo. Así inicia en la ciudad gobernada por Martí Batres la nueva oleada de encuestas para las demás posiciones.

    @guerrerochipres