Marcelo Ebrard mantuvo la atención de la población incluso cuando estuvo ausente. Decidió tomarse unos días entre la presentación de su inconformidad con el proceso de selección de candidato, y la designación de los candidatos de su partido, Morena, a las gubernaturas.

En entrevistas recientes el exsecretario de Relaciones Exteriores puntualizó que seguirá en Morena porque nunca se ha salido del movimiento. En realidad, mostró su inconformidad y la de su gente, quienes especularon fueron los medios, que ven en la inconformidad de una persona la división de un partido, sobre todo si ese partido es el que está en el poder.

Ante esta situación no puede decirse que Marcelo Ebrard regrese porque nunca se ha ido. Este rumor se debió, en gran medida, a las declaraciones de sus seguidores, que en todos los casos fueron más radicales que las palabras del propio Marcelo, quien siempre fue mesurado y consciente de ser parte de Morena, pero hubo algunos legisladores de Morena que estaban en su grupo, que hasta intentaron hermanarse con la oposición en algunos de los debates del presupuesto en la Cámara de Diputados.

Sobre la permanencia de Marcelo Ebrard en Morena el Presidente señaló a Ebrard Causaubón como un hombre “responsable, consecuente”.

Todo hace suponer que la historia se repite 23 años después de haber sucedido un hecho similar. En el año 2000, las encuestas colocaban un empate técnico entre Marcelo y López Obrador para gobernar la ciudad de México, Ebrard le cedió el paso al actual presidente. Marcelo esperó las siguientes elecciones y las ganó para convertirse en el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, cargo que le valió ser el mejor alcalde del mundo, según organismos internacionales.

Ahora, ante las diferencias que algunos quisieron hacer más grandes de lo que en realidad eran, Ebrard acepta que las alteraciones en el sistema de selección de la encuesta no alteraban finalmente el resultado y concilió intereses y propuestas con Claudia Sheinbaum, pero anunció que continuará con su objetivo de buscar la candidatura presidencial de Morena, en las elecciones de 2030.

Eso es la política, es servicio, es un apostolado, no es una actividad lucrativa, es una actividad humana para apoyar al prójimo. Si no se le tiene amor al pueblo, no se es político”, puntualizó Ebrard. Además, anunció que hubo un entendimiento con Claudia Sheinbaum, luego de tras meses de cuestionar el proceso interno para definir la candidatura.

Es un acuerdo, un entendimiento político con Claudia”, dijo Ebrard, quien afirmó que la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del partido reconoció que hubo “irregularidades” en el proceso de elección de Sheinbaum Pardo, que concluyó el pasado 6 de septiembre.

Ebrard aseguró que esas irregularidades no fueron suficientes para repetir el proceso, impugnado por él, quien quedó en segundo lugar. “Este es un acuerdo político y no tiene que ver con un cargo a mi persona”, precisó.

Yo he procurado en toda mi vida pública ser consecuente, siempre hacer lo que digo, lo que pienso, no tengo un doble discurso, una doble moral, no soy hipócrita y estoy muy contento porque ya entregué la dirección del movimiento de transformación a Claudia Sheinbaum, que es una mujer excepcional, preparada. Yo tengo licenciatura, ella tiene doctorado, es investigadora, creo que del Sistema Nacional de Investigación, de primera, la conozco porque la invité a participar, no nos conocíamos, cuando fui jefe de Gobierno, fue la secretaria de Medio Ambiente (…) Me ayudó mucho”, puntualizó.

La postura de Ebrard, su definición habla de un político no sólo vivo, sino competitivo para estar en la boleta de 2030 peleando por la Presidencia de la República porque los medios trataron de verlo como un hombre acabado sólo porque no se salió del partido al que pertenecía y se fue a otro, como había sucedido con los pronósticos equivocados de muchos medios.

PEGA Y CORRE.- En su segunda visita a Badiraguato, el Presidente anunció que irá por tercera vez antes de concluir su sexenio, dice que es un gusto estar en el lugar donde nació El Chapo Guzmán… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.