El pintor jalisciense José Clemente Orozco es reconocido como uno de los tres pilares del muralismo mexicano, junto con Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Pero más allá de ello, Orozco es un referente de la plástica nacional por retratar de manera singular una parte del México que duele: el de la injusticia, la desigualdad, la corrupción.
Y hoy, el gremio cultural recuerda al artista al cumplirse el 140 aniversario de nacimiento.
En su obra retrató la condición humana de manera apolítica al abordar los temas sociales desde un punto de vista universal, con lo cual calaron hondo en el plano local. Su obra, tanto de caballete como mural, lo llevó a ser uno de los 10 artistas nacionales cuya obra cuenta (desde 1956) con una declaratoria de Monumento Artístico, es decir, se le considera patrimonio de todos los mexicanos.
Nacido en Ciudad Guzmán, el 23 de noviembre de 1883. Llegó a la capital en 1890 y tuvo su primer contacto a través de la imprenta donde se trabajaban los grabados de José Guadalupe Posada.
Durante la Revolución se unió al ejército carrancista y formó parte de la redacción del periódico La Vanguardia, a cargo del mismo ejército; ahí fue ilustrador y caricaturista bajo el liderazgo de Gerardo Murillo Dr. Atl.
En 1916, luego de la toma de la capital por Venustiano Carranza, Orozco fue testigo de los excesos de la conquista militar y entonces se separa del movimiento.
Como parte de su protesta, montó una exposición de caricaturas en contra de Carranza, la cual no fue bien recibida y salió del país rumbo a Estados Unidos, donde trabajó como artista independiente, pintor de letreros y retocador de fotografías.
Además, el Inbal cuenta en su acervo con más de mil obras del pintor, la mayor parte de ellas en constante exposición, entre las que se cuentan una serie de pinturas en diversos formatos. /24 HORAS