La autoridad brasileña del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro, determinó establecer prisión preventiva contra un aficionado de nacionalidad argentina, acusado de realizar insultos racistas durante el partido entre las selecciones de Brasil y Argentina del pasado martes en el Maracaná de la capital carioca.
Bajo el argumento de un “crimen grave recurrentemente practicado”, el aficionado fue puesto en custodia, luego de la comparecencia de varios testigos, que aseguraron escuchar al albiceleste referirse a una víctima en particular como “pedazo de mono”.
La injuria racial en Brasil es un acto penado con cargos de entre dos y cinco años de cárcel, además de una respectiva multa por el hecho, aunque es imposible eludir la detención mediante el pago de una fianza.
Durante los hechos que condujeron al retraso del partido, por la intervención de la policía local, que reprimió a varios fanáticos argentinos, las autoridades en Brasil confirmaron que hay por lo menos otros 17 seguidores de la actual selección campeona del mundo detenidos, por haber provocado tumultos en el escenario deportivo y por desacato a las fuerzas de seguridad, a los que se les interpuso una medida cautelar y su alejamiento de estadios de futbol, como medidas principales.
Por su parte, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, condenó los enfrentamientos que retrasaron en casi 30 minutos el ‘Superclásico’ el martes entre Brasil y Argentina, en Rio de Janeiro. “La violencia en el fútbol es totalmente inaceptable, tanto dentro como fuera del campo de juego”, declaró el máximo dirigente del fútbol mundial en su cuenta de Instagram, en inglés, español y portugués.