Hace un par de meses se publicó el inspirador título de Mauricio Garza, “Galacracktico®”, un libro que en su título hace referencia a aquel Real Madrid de Los Galácticos, que se conjunta con ese concepto futbolístico de “ser un crack”. Un juego de palabras que, con intención, construye, como en muchos otros libros, nuevos conceptos que intentan englobar o darle otro sentido a nuestras propias experiencias de vida. A propósito, Diario 24 Horas charló con el joven autor.
Ser un fuera de serie
Más de 17 años de experiencia son los que respaldan la carrera y la curiosidad de Mauricio Garza. Es, tal como lo apunta su semblanza en cualquier que se le busque, “padre de familia, ejecutivo, profesor, emprendedor y coach de vida”. Aunque no se nombra a sí mismo como escritor, reconoce la labor que implica escribir un libro y la complejidad que trae consigo.
Confiesa, entre la plática, que él cree firmemente que todos tenemos algo en que podemos destacarnos, que todos tenemos ese algo que nos hace “ser mejores que otros”, aunque no se ciña esto a una competencia para con los otros, sino más bien como la idea de que todos tenemos algo que ofrecer, y para todos, como consecuencia, hay una oportunidad.
Como una persona que ha estado cerca de dos décadas al servicio de los números como contador –desde su egreso del Tecnológico de Monterrey hasta la actualidad–, apunta que la escritura de este libro terminó de concretarse en la pandemia. Fueron, sobre todo, circunstancias personales las que le hicieron tomar esta decisión, revela el autor.
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Asimismo, y en esto su revelación, comenta que si bien fue la pandemia el momento decisivo, lo que hizo que este libro se convirtiera en una realidad fue un sentimiento un tanto hondo de ansiedad, quizá miedo, pues en la pandemia fue muy duro para muchas personas incluso perder a mucha gente. Frente a eso, este libro queda como un legado para sus hijos. No un capricho ni una declaración cualquiera, sino el deseo de que sus hijos supieran quién era él, sus aspiraciones, cada aprendizaje.
Enseñar la trascendencia
Para el autor la organización es clave. Al no poder abandonar ninguna de sus responsabilidades como empleado de un corporativo transnacional ni la figura de padre de familia y todo lo que ello conlleva, apunta lo evidente que es hacerse un tiempo. Y fue precisamente lo que él hizo para poder escribir. Que no es sencillo escribir —sus primeras ideas nacieron por allá del 2014—, pero es ese ímpetu por la trascendencia lo que le permite no dejar tirado ningún proyecto. Mucho menos este libro en el que estuvo trabajando arduamente cerca de un año.
Son las tres partes que conforman este libro lo que hace de esto más que una idea inspiradora. Habla de sus hijos y de cómo ese punto de su vida conecta con el mundo allá afuera –la identificación–, su carrera profesional –más allá del currículum como se manda para una entrevista de trabajo, pues el autor se descubre y piensa desde sus errores, lo que le ha salido bien, qué pudo haber hecho distinto, entre otras cosas–.
Finalmente, como un detalle que le revela como una persona organizada que busca compartir, el autor vacía la experiencia de llevar un documento en Excel que le ha permitido ver su transformación a lo largo de los años, cómo ese ejercicio –probablemente obsesivo, pero funcional– permite sentirnos especiales y no dejarnos vencer. Paralelamente, reconoce que es una frase de Albert Einstein la que le conduce, en cierto modo, su forma tan única de pensar: lo que le ha llevado a no compararse con nadie que no sea él mismo, para rehuir un tanto a la negatividad. Ser, en pocas palabras, un crack.