Ya tenemos más información sobre la farmaciotota.
Sabemos, claro, que va a ser bien grande. Como cinco zócalos, aunque, obvio, techados. Ni modo: a veces el Presidente tiene que subrayar lo evidente, no vayamos a pensar que en la 4T son unos improvisados o unos pueblerinos. O a lo mejor esto último sí, y qué bueno. El Presidente explicó que no solo es un farmación: también es bodega.
Me gusta pensar que el diseño intelectual de esta mega obra está inspirado por los tiempos en que nuestro líder, todavía niño, vivía en Tepetitán, donde, como en todas las pequeñas comunidades mexicanas, había un abarrotero que tenía de todo. A mí me tocó vivirlo. De chico viajaba mucho a un fraccionamiento cercano a Cuautla. La única tienda era la de don Cristóbal, y era impresionante. No conocía las carencias. Su servidor, por ejemplo, siempre fue aficionado a los Fritos. Bueno: nunca faltaban. A veces, llegabas y veías el anaquel con un inquietante vacío entre los Sabritones y las papitas normales, las amarillas. “¡No me diga que no tiene Fritos, don Cris!”, decías, angustiado. Pas problèm, te respondía, con otras palabras. En ese momento, abría una puertita trasera escondida entre las escobas y el tocino que colgaba de un gancho, desaparecía durante dos o tres minutos y aparecía con una bolsa puede que con un producto caducado, pero sin duda todavía crujiente, lleno de sabor, delicioso.
Bueno, me gusta pensar que el Benemérito de Tepetitán tuvo un don Cris en la infancia. Que llegaba a la tienda y siempre había lo que anhelaba con su mirada infantil: chicharrón prensado, pozol, una biblia… Sobre todo, me gusta pensar que si los dos Don Cristóbal podían hacer feliz a un niño, es porque entendían lo que nuestro líder, ese genio de la economía, ha entendido tan bien: que no basta con tener un mostrador y una sonrisa para los clientes. Que hace falta un almacén.
Con el tiempo, supongo, el Presidente nos explicará cómo llenó los cinco zócalos, luego de cinco años de desabasto. O sea, seguro que habrá hartas vacunas cubanas, que son la versión socialista de los fritos de mi don Cris: caducas y –es un suponer– llenas de alguna grasa vegetal. Imagino que habrá Ivermectina, vacunas Patria y homeopatía de la que daba mi Clarita contra el covid. Falta ver qué onda con lo demás. Mientras, un nuevo triunfo de la Cuarta.
Si yo fuera el Presidente, me pondría irónico y le pondría a esta obra algo así como “Apotek del bienestar”. Leí en Google que así llaman los daneses a las farmacias.
@juliopatan09