Según el balance más reciente difundido ayer por las autoridades, los deslizamientos de tierra provocados por lluvias torrenciales en el norte de Tanzania dejaron al menos 68 muertos.
Un anterior balance daba parte de 63 muertos. Las fuertes lluvias afectaron el fin de semana a la ciudad de Katesh, a unos 300 kilómetros al norte de la capital Dodoma, causando deslizamientos de tierra que destruyeron viviendas y arrastraron vehículos.
“De momento contabilizamos 68 muertos” y “las búsquedas siguen”, informó una responsable regional, Queen Sendiga.
“Creemos que recuperaremos más cadáveres“, había dicho el primer ministro, Kassim Majaliwa, durante una visita a Katesh. Otras 116 personas resultaron heridas, precisó.
Las operaciones de búsqueda y rescate siguen en curso con la ayuda del ejército, al temerse que haya personas atrapadas o enterradas en el lodo, declaró el primer ministro.
Las imágenes difundidas en televisión mostraban escombros de las viviendas y muebles en medio de las calles, así como automóviles y autobuses que eran arrastrados por el lodo a raíz de la combinación de la tierra y el agua, por las principales vialidades de la región
James Gabriel, trabajador de un mercado, dijo que su familia estaba desaparecida y que la búsqueda era “muy estresante”.
Al menos 100 casas fueron engullidas por el lodo y un pueblo con 28 familias quedó arrasado, dijo Queen Sendiga.
Tras sufrir una sequía sin precedentes, África Oriental lleva semanas sufriendo lluvias torrenciales e inundaciones relacionadas con el fenómeno meteorológico El Niño, empeorando la crisis humanitaria en la región, golpeada por la pobreza, inestabilidad política y desplazamiento de habitantes hacia otros continentes.
Entre octubre de 1997 y enero de 1998, las inundaciones masivas agravadas por las fuertes lluvias de El Niño dejaron más de 6 mil muertos en cinco países de la región. /CON INFORMACIÓN DE AFP