Héctor Zagal
(Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana)
Los ninjas son guerreros intrigantes. Visten de negro para escabullirse entre las sombras: ágiles, impredecibles y practican el ninjutzu desde hace siglos. Son, junto con los samuráis, los guerreros nipones por excelencia. O al menos eso es lo que Hollywood nos hace creer. En realidad, el único registro histórico que tenemos de los ninjas poco tiene que ver con esos letales lanzadores de shurikens.
Hoy, 5 de diciembre, celebramos el Día Internacional del Ninja. Pero el origen de esta celebración no se remonta a alguna tradición japonesa o a algún hecho que haya trascendido en la historia de los ninjas. Si bien no se sabe exactamente la razón de esta fecha, la fuente más popular señala que empezó a celebrarse en 2003, después de que se estrenara la película “El último samurái”. Esta cinta tiene una escena de ninjas tan impresionante que, al parecer, provocó que se le dedicara un día internacional a estos guerreros. ¡Vaya origen!
La palabra “ninja” en japonés significa “persona que espía”. Por ello, tan sólo hacía falta entremeterse en la privacidad y los asuntos de los demás para ser considerado un espía, un ninja. Sin embargo, la razón por la que asociamos esta palabra con guerreros es porque muchos samuráis se dedicaban a espiar el pueblo japonés.
La única figura histórica que está cercana a lo que hoy conocemos como ninja es el “Shinobi”, un tipo de guerrero que el Estado utilizaba para espiar a su población. Los shinobi solían ser antiguos samuráis que se habían quedado sin amo y que, por tanto, se alistaban en el gobierno para servirle al emperador.
No iban todos de negro, pero sí fungían como una especie de policía en cubierto. La mayoría de las veces, el shinobi se vestía como civil o como un samurái común y corriente. Se mezclaba entre la gente y revisaba que todos pagaran sus impuestos y acataran debidamente las leyes del gobierno.
Lo que también es cierto es que, durante el siglo XVI, surgió un grupo élite dentro de los shinobi que fue muy parecido a los ninjas hollywoodenses. Este grupo se concentraba principalmente en tareas de espionaje bélico, aunque también desempeñaban labores de sicario dentro de sus espionajes. No obstante, este grupo shinobi sólo existió durante un periodo de tiempo muy corto. Después el Estado lo deshizo y oficializó a los shinobi como espías gubernamentales.
Los shinobi no usaban chacos o catanas y tampoco desaparecían con bombas de humo. Eran más espías que guerreros. Aunque, eso sí, tenían cierta preparación en técnicas de escapismo. También sabían preparar diferentes brebajes. Algunos les servían como medicina para sus heridas, y otros, como veneno. Nunca se sabe…
Ahora que saben esto, quizá sea más pertinente aprovechar el Día del Ninja para felicitar a esas parejas que hábilmente espían contactos y conversaciones de What’s App.
Sapere aude!
@hzagal