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En menos de una semana, Jala la Jarra, Botanero 21 y Los Maderos de don Juan fueron algunos de los comercios que, en medio del aumento de la violencia, cerraron sus cortinas en Colima y dejaron a cientos de personas sin sustento; a estos también se sumó la Prepa Tec, que cesó actividades luego de 43 años.

Es uno de los estados donde la inseguridad se ha incrementado exponencialmente en el último año, hasta permear en el ingreso económico de sus ciudadanos, quienes quedan a merced del crimen organizado, alertó el doctor en Derecho, Francisco Jiménez Reynoso.

“Ante la actual situación local y buscando mantener la salud y la integridad física a partir de esta semana dejaremos de ofrecer nuestros sabrosos nachos y demás gusgueras”, sentenció mediante un comunicado en Facebook el local Los Maderos de don Juan.

En tan sólo 15 días el fuego terminó con dos de los establecimientos y hasta ahora sólo hay un detenido, quien sería el autor material, según la Secretaría de Seguridad Pública.

“La delincuencia organizada no pierde, no les importa porque hay menos empleo, entonces pueden reclutar a más personas”, aseguró Jiménez Reynoso, en entrevista con este diario. 

En esa cadena de consecuencias, señaló el también miembro del Observatorio de Seguridad y Justicia de la UdeG, el estado pierde oportunidades de desarrollo lícitas, porque “la gente tiene que comer y eso es algo ineludible para el ser humano(…) y se van a ir a recibir dinero de quien les ofrezca”, agregó.

Así es como los cárteles ganan terreno y se convierten en un monstruo devorador de todo “y lo comienza a absorber, como sucedió en Colombia, en los ochentas”, dijo.

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, de enero a agosto de 2023 se reportaron 770 homicidios en el estado, frente a los 754 del mismo periódo de 2022.

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DESANGRADOS Y SIN PAZ

En 2022, el estado gobernado por la morenista Indira Vizcaíno tuvo el mayor deterioro de paz en el país con 0.706 puntos menos, de acuerdo con el Instituto para la Economía y la Paz.

“Esto se debe principalmente a su aumento en los homicidios con armas de fuego, que el año pasado representaron 80.5 por ciento de todos los homicidios”, abundó.

Es también el que tuvo mayor impacto económico en el Producto Interno Bruto (PIB) por la violencia, al representar 44.6 por ciento .

Mientras tanto, en promedio, a cada ciudadano le costó 102 mil 426 pesos vivir bajo las balas, sólo el año pasado. Ambos indicadores se miden basados en el impacto de homicidios, crimenes de la delincuencia organizada, costo de protección, gasto de fuerzas armadas y de seguridad, entre otros.

MANZANILLO, LA CODICIADA JOYA

A medida que el Gobierno pierde fuerza y deja de ejercer sus facultades, las estructuras criminales se empoderan y esa es la razón por la que la violencia crece sin control, explicó.

El puerto de Manzanillo ha sido codiciado por el Cártel Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa, quienes se pelean por el punto que despacha estupefacientes y recibe armas. “Tienen un mayor volumen de fuego y es común que lo traigan en sus carros; eso es lo que propicia mayor índice de violencia en las calles”, finalizó.

¿Cuánto le cuesta la violencia a Colima?

La delincuencia organizada, los homicidios y los delitos violentos son los impulsores del deterioro económico en el estado, que en 2022 tuvo el mayor retroceso de paz y asimismo asumió los costos más elevados