Humberto arribó al atrio de la Basílica de Guadalupe a gatas con una imagen a la espalda, su paso fue lento pues la dureza del suelo caló sus rodillas y manos; el dolor no se equipara con las bendiciones recibidas en su familia, dijo.
En el 492 aniversario de la Virgen de Guadalupe, los devotos abarrotaron el recinto, según la cifra oficial 10 millones 811 mil 678 creyentes de la virgen morena arribaron desde el 13 noviembre al 12 de diciembre, para cumplir mandas prometidas por algún milagro.
En la calzada de Guadalupe, Martina con la figura de Juan Diego, hicieron una pausa antes de llegar al atrio mariano. La mujer recordó en plática con 24 HORAS que lleva 12 años consecutivos haciendo el recorrido.
“Lo traía desde bebé porque mi hijo nació muertito, después de cinco minutos revivió y no había ningún doctor. Luego vine a pedirle a la virgencita que le diera vida “, relató.
Originaria del municipio de Tecamac, Estado de México, año con año agradece por la vida de su hijo, quien tiene 12 años de edad.
Metros más adelante, Huberto y su familia, procedente del estado de Puebla dijo que tiene 16 años consecutivos asistiendo al templo. Acompañado de sus imágenes de la Virgen de Guadalupe en donde colocó la de sus parientes muertos, aquellos que iniciaron con la costumbre de peregrinar.
“¡Qué no se pierda la tradición de cada año! Llueva o truene vamos a estar ante sus pies de la Virgen de Guadalupe “, advirtió.
También, Jesús Fernández, quien está a escasos pasos de la entrada al atrio, sirve arroz en los platos de comida que regalará a los peregrinos, él comentó que está acción la hace en agradecimiento a la patrona de México por la salud gozada en el año y la abundancia.
“Es una muestra de agradecimiento hacía la virgencita. Llevamos 12 años haciéndolo y año con año siempre estaré aquí hasta donde me preste vida la morenita”, aseguró.
Al paso de las horas es evidente el deambular de varios perros que denotan estar desorientados, ya que sus dueños han partido a sus lugares de origen, se perdieron entre la multitud, y olvidaron a sus fieles acompañantes.
Otro escenario se pudo ver en las inmediaciones de la Basílica donde algunos lomitos peregrinos duermen para reponerse de las maratónicas caminatas que para ellos representa un esfuerzo.
Por ello, en el atrio del templo mariano, Mary y Carlos, su esposo, regalan croquetas y agua a los “perritos peregrinos”, como ellos los denominaron, pues señalan que son escasas las personas que están conscientes de la situación enfrentada por los canes.
“Quiero mucho a los perritos, tengo dos mascotas que están malitas desgraciadamente, y me molesta como los maltratan. Hice una manda por mis perritas, hace rato entregué tortas y ahora atiendo a los perritos”, expuso.
Los voluntarios alientan a un perro negro que no puede moverse por el agotamiento y no existe algún dueño que lo proteja o se preocupe por su salud.
La pareja detalló que atendieron a 25 perritos, sin embargo, algunos presentaban daños físicos y hasta heridas expuestas, asimismo indicaron que no todos comen croquetas, ya que están acostumbrados a alimentos preparados, sin embargo el agua mitiga su sed y aminora su malestar.
Pie de foto:
Recuento. Con bailables y representaciones prehispánicas se desarrolló el 12 de diciembre; los perros cansados y abandonados por los visitantes fue otro saldo que dejó la conmemoración.