Las historias sobre activistas cuyo quehacer visibiliza situaciones de corrupción y que las hacen víctimas de las relaciones de poder, son una triste realidad en México, asegura el cineasta Amat Escalante, y por ello decidió abordarlas en su más reciente cinta Perdidos en la noche.
“Esta historia llegó a mí luego de haber participado en la serie Narcos donde temas como la ilegalidad y la corrupción son una constante en sus discursos. En ella presento a Emiliano, un joven que vive en un pueblo minero en México, que motivado por un profundo sentido de justicia, busca a los responsables de la desaparición de su madre luego de manifestarse en contra de una compañía minera internacional”, dijo el director en entrevista con 24 HORAS.
El realizador deja en claro que durante la filmación de la versión mexicana de la serie pudo relacionarse con gente más famosa de la que estaba acostumbrado a tratar, sin precisar a quiénes se refería pero las cuales ligó con políticos.
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“Además, lo junté con algo que se ve en lugares como, por ejemplo, Guanajuato y se me ocurrió que el poder en mi cinta estuviera representado por la familia Aldama, integrada por un famoso artista, su esposa célebre y su hermosa hija, misma que tiene negocios con una compañía minera internacional acusada de explotar los recursos naturales de manera irracional, mientras hay una activista asesinada de fondo. Creo que no es una historia del todo ajena a nosotros”, añadió Amat.
Para el realizador, la parte esencial de la cinta es Emiliano –el protagonista de la historia–, quien busca justicia por la desaparición de su madre activista y que al recibir la espalda de las autoridades y los cuerpos policiales decide emprender este thriller por su cuenta.
“Constantemente vemos que los activistas y la gente que busca desaparecidos cambian completamente sus vidas y se vuelven una especie de espías con tal de llegar al fondo de las situaciones que los mueven”, comentó.
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Aquí, Emiliano logra entrar a trabajar como empleado de los Aldama para estar más cerca de los que ha reconocido como los culpables de la desaparición de su madre.
“Pero esto es lo más complicado porque creo que hay que saber construir los personajes y abordarlos desde la honestidad y la humanidad, es decir, comprender que todos somos humanos y que las emociones van y vienen, que cambian, que incluso la gente que sufre tiene humor.
“A veces el cine mexicano peca mucho de deshumanizar las realidades de sus personajes y se convierte en una suerte de caricaturización de contextos sociales, yo busco siempre alejarme de ello y como resultado considero que logré una buena historia que no pierde el piso”, sostuvo.
Por otro lado, Perdidos en la noche fue rodada durante la época de la pandemia, situación que se volvió clave dentro de la trama de manera casual, pues la tecnología juega parte importante en la película.
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“Traté de darle un toque de actualidad en el sentido en que las redes sociales son un reflejo del cómo se perciben estas personas, el cómo hacen pública su vida y del cómo a través de ellas, se consolidan algunas denuncias y pistas que conducen hasta ellos como responsables de un asesinato por sed de poder”, finalizó Amat Escalante.
Perdidos en la noche se estrena hoy en salas de cine de todo el país.