Fue la escritora Margo Glantz quien, con una connotación peyorativa, catalogó como literatura de la Onda a ese movimiento que Ignacio Trejo Fuentes (ITF) achaca a esa muletilla de moda de los años sesenta: onda, mismo que “define con claridad la identidad de esos escritores y sus personajes”. Más allá de lo lingüístico, sin embargo, se encuentra lo que de veras envuelve a “la Onda”, por ejemplo, dice Fuentes, el retrato de “gran parte de los modos de vida, inquietudes y propósitos de los jóvenes sesenteros”, es decir, todo aquél revoloteo de rebeldía ante el oficialismo.
Fue este momento-movimiento de la época una hijo lejano de la generación beatnik, según las conclusiones de Carlos Monsiváis, quien adjudicaba, en cierto modo, ese andar “atropellado”, rudo, desencantado de las imposiciones, al espectro encabezado años antes en Estados Unidos por Allen Ginsberg, William S. Burroughs y Jack Kerouac. Sin embargo, lo que característico de la literatura de la Onda fue lo que Trejo Fuentes y otros expertos catalogan como el rescate de la intrascendencia de los adolescentes para ponerlos en primer plano, es decir, “volverlos personajes centrales llenos de vitalidad” (ITF, 2001).
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Los protagonistas
Pero, ¿quiénes formaban parte de este movimiento que catalogaban como todo, menos como literatura? Se considera como principales a José Agustín (1944), René Avilés Fabila (1940-2016), Parménides García Saldaña (1944-1982) y Gustavo Sainz (1940-2015), de los que sólo continúa vivo el primero de la lista.
Más tarde, dadas las características afines que su escritura presentaba con la literatura de la Onda, algunos críticos añadieron como miembros de tal tendencia a autores como Federico Arana, Margarita Dalton, Hugo Hiriart, Héctor Manjarrez y hasta al mítico Armando Ramírez.
“Acontecimiento posteriores a la publicación de los primeros libros de Agustín, Sainz y García Saldaña ocurridos en México y en varias partes del mundo hicieron ver que el retrato que hacían de los jóvenes esa de una autenticidad a toda prueba, que las actitudes de inconformidad y rebeldía tenuemente esbozados en los libros, tenían correspondencia con la realidad”, sentencia Trejo Fuentes.
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Los libros representativos de la Onda
- De perfil, de José Agustín, 1966
- Se está haciendo tarde (final en laguna), de José Agustín, 1973
- Gazapo, de Gustavo Sainz, 1965
- Obsesivos días circulares, de Gustavo Sainz, 1969
- Pasto verde, de Parménides García Saldaña, 1968
- El rey criollo, de Parménides García Saldaña, 1970