La nota de ayer sin duda la dio la nueva magistrada Lenia Batres Guadarrama, investida como miembro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por el dedo presidencial.

 

Batres repitió lo que ya había dicho en el Senado cuando fue entrevistada para determinar la viabilidad de su candidatura.

 

Se le fue a la yugular a la Corte, acusó que incumple la Constitución, que toma atribuciones de legislador cuando no las tiene y que se sobrepasa en muchas de sus decisiones.

 

En pocas palabras, solo repitió lo que ha dicho por meses el presidente López Obrador.

 

En eso quizá no hubo sorpresa.

 

Lo que sorprendió fue que se autodesignara “la ministra del pueblo’’, cuando ni siquiera pasó el filtro del Senado y tuvo que ser designada por el Presidente, pese a su evidente desconocimiento de la Constitución y el funcionamiento del máximo tribunal del país.

 

Sobre aviso no hay engaño; ya se sabe hacia dónde irán las resoluciones de los casos que le corresponda resolver.

 

Pero lo que está por verse es sí rechazará el sueldo que tiene asignado, superior a los 200,000 pesos mensuales, la camioneta blindada a la que tiene derecho y a los otros vehículos para sus equipos.

 

También queremos ver que renuncie a los viáticos, a las plazas que tiene cada ministro, al seguro médico y a las previsiones para su futura pensión, considerando que se quedará ¡15 años! en un puesto para el que evidentemente no está capacitada.

 

La llegada de Batres a la Corte no suma otro representante del lopezobradorismo al tribunal, pues lo único que hizo fue ocupar el lugar de otro alfil presidencial, Arturo Zaldívar, convertido ahora en matraquero de Claudia Sheinbaum.

 

Pero sí será una piedra en el zapato, considerando su forma tan particular de interpretar las leyes y, sobre todo, la forma en que defiende sus posiciones.

 

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Con la novedad que la convocatoria para la sesión del pleno del Congreso de la CDMX es balín, es decir, no tiene validez porque fue enviada y firmada por el vicepresidente de la mesa directiva, el morenista Gerardo Villanueva, en un madruguete para presionar a la oposición y tratar de darle cuartelazo a la presidenta Gabriela Salido Magos, del PAN.

 

El muy vivillo legislador morenista se brincó las trancas y presionó a los empleados de la CDMX para que publicaran la convocatoria, cuando solo puede hacerlo ante la ausencia de la presidenta, escenario que no ocurrió pues la panista siempre estuvo a disposición.

 

Como sea, todo indica que la sesión plenaria sí será el 8 de enero próximo porque el plazo para ratificar o botar a Ernestina Godoy concluye el día 9.

 

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Lo ocurrido ayer en varias partes de la capital de Tabasco, Villahermosa, no fueron “cuetes’’ ni invenciones de los medios de comunicación.

 

Varios grupos o comandos de hombres con armas largas se dedicaron a robar comercios en algunas zonas, lo que obligó a cadenas de restaurantes y supermercados a cerrar “por falta de seguridad para nuestros clientes y empleados’’.

 

Tabasco no tiene un gobernador de cartón en la figura de Carlos Manuel Merino Campos, que ha permitido por acción u omisión que el llamado estado “Edén’’ se haya convertido en una sucursal del infierno.

 

La policía local informó de la detención de una decena de asaltantes, pero ni eso da confianza a la población que ha visto como en los últimos meses la delincuencia organizada ha ganado terreno de a poco.

 

Ayer el botón de muestra.

 

        @adriantrejo