Se cayó.
La última esperanza de Dante Delgado para llevar a Marcelo Ebrard como candidato presidencial de MC se ha desvanecido.
Con esta comunicación el excanciller ha enterrado meses de negociaciones, de ofertas, de sí y de no y peticiones para colocar a su gente en el Congreso de la Unión.
Pero, ojo:
No quedó por deseos, sino porque seguirá a disposición de Palacio Nacional para futuras decisiones, sean benignas o adversas al exjefe de Gobierno.
El mejor escenario, y sus colaboradores rogarían por él, sería mantenerlo a la sombra como candidato alterno ante cualquier emergencia.
Y la negativa es congelarlo para no dinamitar la campaña de Claudia Sheinbaum ni al morenismo con fugas de las alas inconformes con su postulación.
Hay materia para someterlo: manejos sospechosos cuando fue jefe de GDF, la construcción de la Línea 12 del Metro y a su paso por Relaciones Exteriores con acciones cuestionables con repercusión china.
Es parte del dicho de López Obrador: yo perdono, pero no olvido.
De esta forma todo regresa a octubre, cuando Ebrard estaba listo para abandonar Morena a su regreso de Italia en noviembre, pero fue advertido sobre los riesgos de emigrar y éstos se mantienen.
El resto de esta historia la conoceremos quizá la semana próxima si Dante Delgado se autopostula, o bien oxigena un poco su movimiento con Jorge Álvarez Máynez, Ivonne Ortega, alguien de ese nivel.
AÑOS DE PERSECUCIÓN
Años de persecución no podían terminar bien.
¿O qué esperaban el gobierno y Ernestina Godoy cuando se dedicaron a indagar, denunciar, consignar y procesar a panistas de la alcaldía Benito Juárez con el escándalo denominado cártel inmobiliario?
El freno de la oposición a la exfiscal muestra a una democracia robusta en la Ciudad de México y en pleno fortalecimiento para las elecciones de junio próximo.
Gana la disidencia en espera de dar la pelea judicial para no mantenerla en el cargo con el simple apoyo del denominado Consejo Ciudadano pero sin el filtro legislativo.
FRACASO DE LA POLÍTICA
Y por supuesto hay perdedores.
Para comenzar, Palacio Nacional, desde donde López Obrador califica a ayayeros o descalifica a todo ciudadano u organismos independientes sin importar razón, ley o capacidad.
También pierde Claudia Sheinbaum, quien como a Omar García Harfuch la promovió, la mantuvo, avaló su trabajo y apostó su capital político sin voltear a quienes claman procuración de justicia, especialmente mujeres víctimas de violencia.
No ha tenido empatía para esas personas, como tampoco para los familiares de las víctimas masacradas aquí, allá, acullá, Guanajuato, Michoacán, Morelos, Jalisco o Guerrero.
Para ellos el silencio de la aspirante presidencial y, en contraste, el total respaldo a la política gubernamental de (in)seguridad de abrazos no balazos.
Otro derrotado es la justicia en la capital, ahora descabezada con un frustrado candidato a la jefatura de Gobierno (Omar García Harfuch) y una Fiscalía con un interinato quizá por tiempo indefinido.
La principal víctima es la política: el poder ha demostrado su negativa a negociar allende el Senado de la República, donde Ricardo Monreal hizo el milagro de conseguir votos para imponer a Rosario Piedra Ibarra.
@urenajose1