La no ratificación de Ernestina Godoy resultó ser una verdadera bocanada de oxígeno para la oposición por dos razones: la primera, porque le pegaron a Morena, nuevamente, en la capital del país, en donde supuestamente tiene la base más sólida y numerosa.
La segunda, porque de cara a las elecciones en las que se elegirá al jefe o jefa de Gobierno de la CDMX, a los diputados locales y a los 16 alcaldes, ya se vio que no se intimidan pese a todas las presiones y ofertas que recibieron los legisladores opositores.
Claro que ello no significa que ya puedan dar por ganada la capital, por supuesto que no.
Pero el rechazo a la ratificación de Godoy como fiscal le da fuerza a la alianza opositora, pues demuestra que cuando van juntos por el mismo objetivo funciona.
También fortalece a la oposición el hecho de que Godoy es “gente’’ de Claudia Sheinbaum, por lo que la victoria obtenida ayer se festejó doble.
Falta ahora la reacción de Morena y no tanto del jefe de Gobierno, Martí Batres, sino del dueño del partido, el presidente López Obrador, para quien perder una votación es un agravio que merece una respuesta contundente.
Por lo pronto, ayer la oposición pudo decir al más puro estilo setentero: ¡sí se pudo!
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Godoy rendirá hoy el informe de labores que se negó a entregar al Congreso local, justo el día de su despedida.
Lo que diga ya no tendrá la relevancia del cargo, pues los ojos y las apuestas están en el nombre de quién será el sustituto o sustituta en la Fiscalía de la CDMX.
Ayer se corrió la versión de que el vocero Ulises Lara podría ser el interino, pero no es licenciado en derecho, como ordena la Constitución, aunque para la 4T eso no ha sido problema.
Ya ve que tenemos un agrónomo dirigiendo Pemex con los resultados por todos conocidos.
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Se terminó el sueño mariguano del “actor’’ Eduardo Verástegui de ser candidato independiente a la Presidencia de la República.
Quién sabe quién le llenó la cabeza de humo a este oportunista que se creyó con las suficientes tablas para gobernar a un país.
Radical, de ultraderecha, Verástegui tenía las simpatías de una parte del clero católico más rancio, sobre todo por su abierta oposición al aborto, entre otros temas.
Pero ese no fue el problema que le impidió recolectar las más de 900 mil firmas requeridas para obtener una candidatura independiente.
De acuerdo con el INE, sólo logró recolectar el 14% de esas firmas; pidió una prórroga que evidentemente no le fue concedida y ahora arremeterá, desde luego, contra los partidos políticos tradicionales y contra las instituciones electorales.
Producir una película de regular éxito, aunque haya tratado un problema social inocultable, no le dio para ser candidato.
Y mire usted, qué bueno.
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Dos diputadas locales del PRI, Mónica Fernández y Wesly Chantal Jiménez, votaron a favor de la ratificación de Ernestina Godoy, por lo que desde ayer mismo comenzó su proceso de expulsión.
Las legisladoras votaron pese que había un acuerdo de la fracción y un mandato del Consejo Político de que la votación era en contra, pero vaya usted a saber por qué votaron como lo hicieron sabiendo las consecuencias partidistas a las que se atenían.
Ya las veremos en las listas de Morena en la próxima elección… o en Dubai, de vacaciones.
@adriantrejo