En el escenario económico actual, la región del sur mexicano se mantiene como un tesoro natural cuyo potencial aún no ha sido completamente aprovechado. A pesar de albergar estados, donde la riqueza mexicana destaca, la región ha quedado rezagada en términos de crecimiento y desarrollo en comparación con otras áreas del país.
Según datos del INEGI, la actividad económica en el sur representó el 15.7% del total nacional, contribuyendo sólo con un 0.98% a la variación nacional; y aunque se registra un crecimiento del 6.4% en la economía regional respecto al año anterior, el estancamiento persiste, generando aumentos significativos en la pobreza y malestar social.
Ante esta situación, es necesario abordar los retos de manera integral, siendo uno de los puntos clave para este cambio, el acceso a la energía; donde la infraestructura de primer nivel, especialmente centrada en el gas natural, se presenta como una vía crucial para transformar el sur hacia un desarrollo sin precedentes.
Los beneficios económicos de éste son evidentes. Según expertos, los estados que cuentan con una sólida infraestructura de gas natural muestran un PIB hasta un 50% superior, generando un impacto multiplicador en la creación de empleo cinco veces mayor en comparación con aquellos estados que carecen de dicha infraestructura. Estos datos ofrecen un panorama donde la inversión en infraestructura energética podría ser el catalizador necesario para que la región alcance nuevas alturas en su desarrollo.
A su vez, cabe destacar que una inversión significativa en la frontera sur podría marcar la diferencia. Por ejemplo, estudios han revelado que un incremento del 0.1% del PIB en inversión fronteriza equivaldría a aproximadamente 1.3 mil millones de dólares adicionales. Ello, aunado a la riqueza hídrica de la región, podría generar un escenario propicio para el nearshoring, lo que ayudaría a potenciar la competitividad estatal.
Por otro lado, es crucial tener en cuenta los desafíos adicionales que enfrenta la región, como la migración y la inseguridad. En 2023, la frontera sur experimentó un notable aumento en la migración irregular, con la entrada de más de 1.5 millones de extranjeros al país. Este flujo migratorio conllevó costos sustanciales tanto para México como para los Estados Unidos.
En tales circunstancias, enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades en el sur requiere una visión integral y acciones estratégicas. La inversión en infraestructura energética, especialmente en gas natural, junto con un enfoque significativo en la inversión fronteriza, podría ser la clave para desbloquear el potencial económico de la región.
Consultor y profesor universitario
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