Lo sucedido en Poza Rica la tarde del lunes 8 de enero es una muestra de la complicidad de autoridades de todos los niveles de gobierno con la delincuencia. La situación habla del terror que se vive en esa localidad. Explica situaciones que para algunos todavía eran un secreto, como la infiltración de delincuentes en las filas policiacas. La Policía Estatal de Veracruz, municipal y efectivos de la Marina, detuvieron a cuatro escoltas de unos reporteros del Diario Presente, a quienes les confiscaron armas largas en la Plaza Cristal.
Los uniformados acudieron al lugar luego de escuchar una detonación de arma de fuego, que alertó a todos los presentes. Los escoltas aseguran que se les fue un tiro, situación que nadie puede asegurar. Se trata de personas coludidas con la delincuencia, donde no sólo forman parte algunos comunicadores, por desgracia, sino los miembros de las escoltas que envía el Mecanismo para proteger supuestamente a las víctimas de agresiones.
Los protagonistas del hecho son elementos policiacos federales pertenecientes al Mecanismo de Protección a Personas defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, dependiente de la Segob. Ante esta situación de peligro, los uniformados detuvieron a un reportero y la jefa de información en Poza Rica.
Testigos señalaron que se evitó que se llevara a cabo un delito de alto impacto de no ser por la presencia de las autoridades. Ahí fueron detenidos Luis N, reportero del periódico, que cuenta con protección del Mecanismo, así como la Jefa de Información y sus escoltas, los cuales fueron desarmados, en el reporte se indicó que habían accionado un arma de fuego en el sitio. Fueron aseguradas armas largas y pistolas así como dos vehículos Charger.
Como se había comentado en este espacio el jefe de la Plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación es el propio presidente municipal, Fernando Remes, señalado por otros delitos con anterioridad, como robo de autopartes y vehículos. Desde luego, los detenidos argumentaron que se les había escapado un disparo, lo cual no es muy común entre personas debidamente entrenadas para portar ese tipo de armamento. De ser así estamos hablando de personas que coloca el Mecanismo para salvaguardar la vida de comunicadores que desconocen el correcto uso de las armas que deben utilizar.
Si envían a cuidar la vida de alguien a personas, cuyo conocimiento de las armas es escaso o nulo, podremos explicar lo que ha sucedido durante los homicidios de periodistas frente a las narices de sus escoltas.
La versión más cercana a la realidad es muy diferente. No es la primera vez que trabajadores de este medio tienen problemas con la autoridad, en Poza Rica, donde en los últimos meses se han desatado balaceras, desapariciones, secuestros y homicidios hasta convertirlo en uno de los municipios más violentos del estado.
Llama poderosamente la atención la llegada del alcalde Fernando Remes, al lugar de los hechos, Jefe de jefes en la localidad, quien trató de rescatar a los reporteros y a los supuestos escoltas y al ver que había mucha gente y que la situación estaba clara, no tuvo otra alternativa que asegurar que el municipio da prioridad a la seguridad de la ciudadanía.
Hay quienes se quejan de que se criminaliza a las víctimas, pero debemos recordar que no es la primera vez que se sabe de comunicadores que también trabajan para la delincuencia en la zona norte de Veracruz.
Ya se había registrado un incidente similar con otro reportero, del mismo medio el año pasado, al ser detenido Richard “N”, en un vehículo de la empresa periodística mencionada.
La complicidad entre reporteros, escoltas y miembros del Mecanismo que encabeza Enrique Irazoque es un tema que debe investigarse a fondo, porque esta puede ser una de las causas por las cuales se selecciona muy cuidadosamente a quién protege el Mecanismo y a quiénes no.
PEGA Y CORRE.- Samuel García, gobernador de Nuevo León, destapó a su compañero de partido Jorge Álvarez Máynez, como candidato de Movimiento Ciudadano a la Presidencia de la República…. Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.