Han pasado cinco días desde que el transporte público se paralizó por completo en Acapulco, Guerrero, debido a las amenazas del crimen organizado. Aunque este fin de semana se reportó que volvieron a la “normalidad”, el flujo de unidades aún no es suficiente.
Justo en medio de la escasez de convoyes, una manifestación paralizó la entrada al puerto y cuatro regiones más del estado. La Unidad Académica de Guerrero fue la encargada de organizar el bloqueo para exigir su incorporación al sistema educativo y prestaciones.
Ante esta situación, los habitantes prefirieron caminar hacia sus destinos, pedir aventón, o bien, utilizar el servicio que sigue prestando la Guardia Nacional para los traslados.
En las avenidas Costera, Ejido, Cuauhtémoc, Constituyentes y calzada Pie de la Cuesta, las unidades son escasas, informó el Sur de Acapulco.
Según sea la zona en la que trabajan, es el tipo de colectivo que circula: camiones amarillos con aire acondicionado y taxis azules con blanco, en la Costera; taxis colectivos en Cuauhtémoc; camiones urbanos en Constituyentes y taxis azules en Ejido.
La Secretaría de Seguridad Pública informó ayer que inició el operativo Transporte Seguro, con 68 policías preventivos a bordo de 32 patrullas, que vigilarán una ruta distinta cada día.
No obstante, el miedo prevalece en la ciudad, pues la gente ya retiró el sello del censo por afectaciones, ya que aseguran que la mafia identifica a quienes recibieron el apoyo.
Un testimonio recolectado por este medio señaló que el incendio de las urvan y el abandono de una cabeza humana presuntamente se dio por la captura de dos mandos en Caleta y las cuotas que no se han cobrado desde noviembre pasado, cuando Otis tocó tierra.
En medio de este contexto, dos custodios de la cárcel de Acapulco fueron asesinados cuando circulaban por el bulevar Vicente Guerrero. / 24 HORAS