Azali Assoumani, presidente saliente de Comoras, de 65 años, fue declarado vencedor de las elecciones tras la primera vuelta celebrada el domingo en este archipiélago del océano Índico, pero la oposición denunció fraude.
Assoumani, que llegó por primera vez al poder en 1999 mediante un golpe de Estado, obtuvo el 62.97% de los votos, según la Comisión Electoral, y se aseguró un tercer mandato consecutivo que termina en 2029.
La tasa de participación fue de apenas un 16.30% de los 340 mil electores convocados a las urnas. Los observadores de la Unión Africana dijeron que los comicios se llevaron a cabo “en paz y tranquilidad”, pero la oposición denunció que hubo “fraude electoral” y “relleno de urnas”.
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Tras su primer mandato, este coronel volvió a poder tras ganar las elecciones en 2016 y desde entonces gobierna este archipiélago con un estilo autoritario.
En sus discursos de campaña destacó la construcción de carreteras y hospitales durante su presidencia, pero su gestión también es objeto de críticas.
En el archipiélago, el 45% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y la vida cotidiana está marcada por cortes de agua y electricidad, así como por un aumento de los precios de los alimentos.
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En 2019, Azali, que encarceló o empujó a muchos de sus oponentes al exilio, fue reelegido con el 60% de los votos en la primera vuelta, pero los resultados fueron impugnados.
Los resultados deben ser validados por la Corte Suprema, más alta jurisdicción del país compuesto por las islas Gran Comora, Anjuan y Mohéli.
LEO