El gobierno avanza en su tarea de demolición.

 

Quiere debilitar a la alianza opositora en su propio territorio: arrastrar a su frente (Morena y sus fardos PT y Verde) bajo la incierta oferta de premiarlos con cargos, dinero o impunidad.

 

Aquí caben muchos:

 

Políticos de cierta imagen pública como el expriista Jorge Carlos Ramírez Marín o el expanista Rommel Pacheco en Yucatán.

 

O extricolores declarados enemigos de Alejandro Moreno como el mexiquense Eruviel Ávila, los hidalguenses Miguel Ángel Osorio Chong, Omar Fayad y Nuvia Mayorga.

 

También el exgobernador oaxaqueño Alejandro Murat y el exsecretario de Desarrollo Social en las postrimerías del sexenio de Enrique Peña, Eviel Pérez Magaña.

 

La lista es muy larga -en ella agregue usted a los senadores Claudia Ruiz Massieu o Noé Castañón-, lleguen a los brazos amorosos del lopezobradorismo o por las puertas anexas del Verde o del Trabajo.

 

80 PARTIDITOS AL REDIL

 

No termina ahí el empeño del gobierno y de Morena.

 

La captación, legal o bajo compulsión, para mermar por todas las vías a la alianza Fuerza y Corazón por México es un operativo nacional, de Yucatán a Baja California, de Tamaulipas a Oaxaca, de Veracruz a Nayarit.

 

Al frente, lo hemos señalado aquí, ha sido comisionado un hombre de confianza suma para la candidata del gobierno, el experredista, miembro del Barzón y exdirigente morenista Alfonso Ramírez Cuéllar.

 

Avanza con rapidez y firmeza en la anexión de partidos políticos locales -más de 80- y por supuesto de organizaciones civiles y asociaciones políticas nacionales.

 

Esto descobija en gran medida a la disidencia porque no tiene nada por ofrecer: ni dinero, ni impunidad, ni posiciones ni un futuro donde habrán de encontrar vía libre a sus actividades.

 

¿O no, magnate del juego de azar Jorge Hank Rhon, expriista convertido en administrador del Partido Encuentro Social en Baja California con la venia del pastor Hugo Éric Flores?

 

La política es de resultados y poco importa la calidad moral y el (des)prestigio de todos los personajes involucrados.

 

Todo porque, dice su caudillo, Morena purifica con la simple afiliación o confesión de lealtad plena o por lo menos del 90 por ciento.

 

DISYUNTIVA EN TIJUANA

 

La alianza no deshoja su suerte en Baja California.

 

Ha dejado ir cuadros importantes, puede usar personajes de prestigio como Jaime Martínez Veloz o escoger personas de escaso arraigo si no quiere recuperar posiciones.

 

Un caso es Alberto Capella, un polémico experto en seguridad surgido a la fama por su método estricto en Tijuana y ahora interesado en gobernar ese municipio desde la disidencia.

 

Compite por la candidatura, pero al parecer no encuentra mucho apoyo.

 

-¿Listo para ser candidato? -le pregunto.

 

-Yo sí, pero no sé si PAN, PRI y PRD quieran ganar el conglomerado más grande del estado.

 

-¿Por qué su duda?

 

-Porque no me han dado señales. Yo hago mi lucha.

 

-Pero seguramente la oposición sí quiere ganar. Para eso compite.

 

-Pues si compite para ganar, debe postularme -dice este agente cuyo peregrinar nacional ha pasado por ese lugar fronterizo, Morelos y Quintana Roo.

 

-¿Qué ofrece?

 

-Mucho, sobre todo seguridad. Fíjate: cuando yo fui jefe de la Policía había 900 asesinatos al año. Lo bajé a 400 y hoy hay dos mil, cinco veces más.

 

     @urenajose1

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