El crimen de una niña de 9 años, hija de un custodio policial de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en un suburbio de Buenos Aires, generó el debate nacional sobre la lucha contra los delitos violentos en Argentina.
Umma Aguilera murió el lunes en Lomas de Zamora de un balazo en la cabeza cuando sus padres, ambos policías, trataban de escapar en su automóvil de un intento de robo y fueron atacados desde otro vehículo, indicaron fuentes oficiales.
El padre de la niña, Eduardo Aguilera, es un policía federal que forma parte de la custodia de la ministra nacional. La Policía reportó ayer el arresto de un joven de 22 años y busca a otros tres cómplices del intento de robo.
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“Umma fue asesinada cobardemente, vamos a hacer que paguen por la vida que se llevaron. Los delincuentes creen que siguen viviendo en la Argentina de la impunidad, pero se equivocan”, publicó el presidente Javier Milei en X.
El asesinato se encadenó con la muerte violenta en la semana de otros dos adolescentes de 16 años, en Laferrere y Chascomús.
Argentina tiene una de las tasas de homicidios más bajas de América Latina: 4.2 cada 100 mil habitantes, según estadísticas oficiales de 2022.
A mediados de 2023, la inseguridad ocupaba el segundo lugar (38%) en las preocupaciones de los argentinos, después de la inflación (55%), según un sondeo de la Universidad de San Andrés.
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El aumento de asesinatos durante robos elevó la problemática de la seguridad ciudadana a lo más alto de la agenda política.
En agosto, la campañapara las elecciones primarias fue suspendida cuatro días antes de los comicios por el asesinato de una niña de 11 años, cuando dos jóvenes le robaron la mochila y la golpearon en la calle en Lanús, otro suburbio de Gran Buenos Aires. /AFP