De acuerdo con reportes locales, cerca de seis personas, cuatro de ellas niños, murieron en la explosión de un artefacto recogido por un buscador de metales en el estado de Borno, al noreste de Nigeria en una zona con bastante presencia yihadista.
La bomba casera estalló el pasado sábado 27 de enero, cuando dos chatarreros estaban clasificando restos recogidos a las afueras del pueblo de Gubio, a 80 km de la capital regional, Maiduguri, indicaron las fuentes.
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“Seis personas murieron en la explosión, dos hombres y cuatro niños que eran alumnos de un seminario islámico de cerca de allí”, dijo Mali Bulama, administrador político del distrito de Gubio.
Según el político, todavía se está investigando la identidad de los dos adultos, cuyos cuerpos acabaron despedazados por la explosión, que tuvo lugar en un almacén situado en un edificio en obras.
“Los buscadores de metal estaban clasificando los metales, en busca de posibles objetos de valor, cuando sacaron el artefacto explosivo improvisado de uno de los sacos y este explotó, matándolos a ellos y a cuatro niños que estaban jugando cerca”, indicó el líder de una milicia, Babakura Kolo.
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La violencia yihadista, que asola el noreste de Nigeria desde hace 14 años ha cobrado un total de más de 40,000 vidas y ha forzado a unos dos millones de personas a abandonar sus hogares, obligándolas a instalarse en campamentos improvisados y a depender de la ayuda internacional para sobrevivir.
Muchos de los desplazados peinan el monte en busca de leña y chatarra para conseguir dinero, y suelen estar en la mira de los yihadistas, que los acusan de espiarles para el ejército y milicias rivales.
(Con información de AFP)
MC