En un golpe que evidencia la fragilidad de sus apoyos apenas dos meses después de ser reelegido, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, sufrió un duro revés ayer en el Congreso con el rechazo de la ley de amnistía para los independentistas catalanes.
Paradójicamente, la derrota se debió al voto en contra del partido Juntos por Cataluña (JxCat) del líder independentista Carles Puigdemont, que consideró que la medida no protegía a los separatistas ante todos los delitos que se les podrían imputar.
De todos modos, la polémica amnistía volverá a una comisión parlamentaria donde puede ser modificada para un posterior nuevo voto.
El tropiezo dejó clara la fragilidad en el Parlamento de los apoyos del socialista que permitieron su reelección y la presión constante de los independentistas sobre el gobierno.
IMPREVISIBLE
JxCat, un aliado muy imprevisible, exigía a los socialistas que votaran a favor de unas enmiendas que podrían impedir que la amnistía incluya a Puigdemont.
Ante la negativa de los socialistas, los siete diputados votaron en contra del proyecto de ley, que recibió 171 a favor y 179 en contra.
Es “incomprensible que Junts haya votado en contra”, al igual que la derecha y la extrema derecha, quienes “quieren encarcelarlos y legalizarlos”, dijo el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, quien pidió al partido independentista “que reconsidere su posición”.
Esta amnistía era la condición innegociable impuesta por los partidos separatistas a cambio de su apoyo, esencial para la reelección de Sánchez.
De ser aprobada, la medida llevaría a los tribunales a retirar los cargos contra cientos de activistas y dirigentes independentistas por su implicación en el intento de secesión de Cataluña en 2017, una de las peores crisis políticas de la España contemporánea.
OTROS FRENTES
Previamente, los socialistas se vieron obligados a ponerse de acuerdo con los independentistas en la redacción de una enmienda para que la ley de amnistía proteja a los separatistas acusados de terrorismo, a condición de que no cometieran “violaciones graves de derechos humanos”.
aunque la ley de amnistía fuera aprobada por el Congreso, será apenas el primer obstáculo superado.
El Partido Popular (oposición, derecha) prometió hacer todo lo posible para ralentizar el paso del proyecto de ley por el Senado, donde dispone de mayoría absoluta.
Para ello, ya modificó el reglamento de la cámara y solicitará informes sobre el texto antes de enmendarlo, lo que obligará al Congreso de los Diputados a pronunciarse de nuevo para su aprobación definitiva.