En una etapa fundamental para lograr el objetivo de neutralidad de carbono en 2050, la Comisión Europea propuso ayer una reducción neta del 90% en las emisiones de gases con efecto invernadero en la Unión Europea (UE) para 2040 con relación a 1990.
Alcanzar esta meta para 2040 significa que los 27 países de la UE deberán sostener el mismo ritmo de recorte previsto para 2030.
Para eso, la propuesta contempla la captura y almacenamiento de ambiciosos volúmenes de dióxido de carbono.
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La producción de electricidad debería estar prácticamente libre de carbono en la segunda mitad de la década de 2030, mientras que el consumo de combustibles fósiles utilizados con fines energéticos caería un 80% para 2040.
Con todo, el denominado “Pacto Verde” de la UE, para alcanzar la neutralidad de carbono, despertó temores sobre el impacto.
A la par, un grupo de 11 países, incluidos España, Francia y Alemania, firmó una carta abierta a la Comisión para pedir una transición “justa”.
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Sin embargo, algunas de las voces más reacias a endurecer la legislación ambiental provienen del Partido Popular Europeo (PPE, derecha), mayoritario en el Parlamento, al cual pertenece la actual titular Ursula von der Leyen.