El Gobierno de México emitió un decreto para eximir a Pemex de pagar impuestos de cuatro meses, a unos días de que la consultora Moody ‘s le rebajó la calificación por su alto endeudamiento y su falta de liquidez.
En el texto divulgado ayer en el Diario Oficial, la administración federal retiró gravámenes entre octubre pasado y enero de 2024.
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Se precisó que Pemex no pagará el Derecho de Utilidad Compartida (DUC) sobre ingresos brutos por venta de crudo y gas, así como el impuesto de derecho de extracción de hidrocarburos.
Los cálculos de la exención de impuestos equivalen a 70 mil millones de pesos, (unos 4 mil millones de dólares), de acuerdo a analistas financieros.
El viernes pasado Moody ‘s rebajó de B3 a B1 el grado de Pemex, lo que puede generar mayores riesgos para la paraestatal respecto a sus adeudos en los mercados globales.
Cabe recordar que en el presupuesto fiscal de este año se incluyeron 145 mil millones de pesos (8.5 mil millones de dólares) de ayuda para Pemex, pues tiene pagos programados de deuda por 11 mil millones de dólares.
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“Esta medida, lejos de ayudar a Pemex, da incentivos para que la petrolera siga operando como hasta ahora, provocando un mayor estrés financiero… en un año donde el déficit presupuestario se contempla en 4.9% del PIB, siendo el mayor desde 1988”, explicó Gabriela Siller, académica de la escuela de negocios del Tec de Monterrey.
“La situación financiera de Pemex no es sostenible en el corto plazo y representa un riesgo importante para las finanzas públicas y un reto para la siguiente administración”, insistió la analista de Banco Base.
Siller advirtió que la siguiente administración del país tendrá que reducir a la mitad el tamaño de Pemex para poder liberar recursos de las finanzas públicas y poder enfrentar la deuda, y enfatizó que tiene la mayor deuda pública a nivel global.
EAM