Como pesadilla de un martes 13 de la mala suerte, Estados Unidos apunta cada vez más a tener de regreso como su Presidente al republicano Donald Trump.
Parece inexplicable que ese país tenga tal cantidad de ciudadanos dispuestos a darle nuevamente la confianza a este personaje para que sea quien gobierne al país más poderoso del mundo.
A decir verdad, muchos en el exterior tampoco entienden los fenómenos electorales mexicanos de los últimos tiempos.
Por supuesto que desde México nada podemos hacer al respecto, solo estar al pendiente del destino electoral de los Estados Unidos y hacer los cálculos pertinentes de la relación futura del gobierno mexicano con un eventual segundo mandato de Donald Trump.
Claramente el mejor escenario es la continuidad del régimen del demócrata Joe Biden. Es un político eficiente que no se ha sabido vender adecuadamente, sobre todo porque su principal pasivo es su avanzada edad.
La manera como la administración de Biden llevó la economía tras la pandemia y en los momentos de la más alta inflación, permitieron que el resultado no fuera una recesión sino un proceso de regreso a los precios estables sin sacrificio del crecimiento.
Para México implicó tener esa tasa del 3% de expansión del Producto Interno Bruto el año pasado y no haber terminado en números rojos. Así que hasta políticamente hay una deuda del régimen con La Casa Blanca.
Un regreso de Donald Trump implicaría serios problemas para la relación con nuestro país.
La frontera común enfrenta dificultades graves, que lejos de arreglarse se agravan cada vez más, como la avalancha migratoria que no encuentra control en su paso por nuestro país o el tráfico de drogas sintéticas que mata por sobredosis a cientos de miles de personas al año en Estados Unidos.
Este sujeto racista no tendrá empacho en iniciar una cacería de migrantes, legales o no, que por su sola apariencia enfrentarían una persecución oficial, pero que también generaría un ambiente de confrontación social entre grupos étnicos.
La respuesta radical que podríamos esperar de Trump supera un eventual cierre de la frontera, tendría en sus manos la revisión del acuerdo comercial, el T-MEC, durante su segundo año de mandato y esa sería un arma devastadora para la economía mexicana.
Y con el resto del mundo, Trump ha mostrado su propensión a acercarse a los dictadores, sea el de Rusia o Corea del Norte, y alejarse de sus aliados, claramente los europeos, y esa es una amenaza para la estabilidad global.
La relación bilateral entre los gobiernos sería difícil ante otra evidencia irrefutable, Donald Trump es un sujeto misógino y México va a tener una Presidenta. Sería intolerable como sociedad que tal personaje le hiciera una grosería a nuestra mandataria, sea quien sea.
La edad no puede considerarse como un problema, es una circunstancia natural de estar vivos, pero claramente es un pasivo para Joe Biden quien ha sido un buen Presidente de los Estados Unidos, pero en estos tiempos de la posverdad ya no importan los resultados, ni las consecuencias, importan las emociones que un sujeto pueda provocar en el número suficiente de electores.
Así que, aún sin tener nada que ver con ese sistema electoral, sí nos debe importar que Donald Trump pueda ser otra vez presidente de los Estados Unidos.
@campossuarez