No hay mejor chamba que la de Presidente. Hace unos días, Pascal Beltrán del Río publicó una lúcida y acuciosa columna en la que nos explica cómo el titular del Ejecutivo cometió un error de bulto en su diagnóstico de las causas de la violencia.
Las palabras son mías, no suyas, pero Pascal lo que pone claramente sobre la mesa, muy claramente, es que la mega lana que se ha gastado el Segundo Presidente Más Popular del Mundo en “programas sociales” (solo este año, 900 y pico mil millones) no ha contribuido, sino más bien todo lo contrario, ha reducir la criminalidad, como es evidente: récord de asesinatos respecto a los dos sexenios previos, por mucho que echen por delante la disminución de casos en los últimos años; elecciones controladas por el crimen organizado en varios estados; protestas de productores de lo que sea, comerciantes de cualquier rubro y hasta de taxistas o microbuseros porque simplemente ya no pueden pagarle a sus extorsionadores, sin mencionar los feminicidios.
Vaya, que teníamos un problema gigantesco y ahora tenemos una especie de conato de Estado fallido, o algo así. ¿Sorpresa? Pues no. Es lo que podía imaginarse cuando la estrategia de seguridad pública, a despecho de las sugerencias de cualquier especialista, se basaba en la fórmula: “Es que son criminales porque son pobres”, no precisamente sofisticada. Bueno, pues no es así.
Lo de que no hay mejor chamba que lo de Presidente lo digo porque vean: durante seis años, agarras el dinero de los contribuyentes y lo tiras a puñados en dirección al pueblo bueno en sobres con tu cara o el logo de Morena; resulta que la idea no sirve de un carajo; dices: “Ups. Ai’ les encargo el changarro”, y te vas al rancho a una plácida jubilación, a escribir libros y deleitarte con el perfume de los frutos tropicales.
En cambio, no hay peor chamba que la de Presidenta. En el entendido de que, a pesar de su magnetismo, Álvarez Máynez, #LordSieteLeguas, difícilmente dará una sorpresa en la elección por venir, en unos meses tendremos a una Presidenta, y esa Presidenta se va a encontrar con una bronca mayúscula: el país bañado en sangre, los narcos con el control del territorio y encima poco dinero en las arcas públicas, porque ya se lo gastaron los de la anterior administración. Súmenle los otros “ups”: Pemex en bancarrota, la CFE en números rojísimos luego de años de ganancias, el sistema de salud hecho picadillo, y los militares a cargo no sé si del país entero, pero digamos que de la mitad. Qué ganas, me cae.
@julipatan09