Con un amplio recorrido en el mundo de las artes plásticas y con formación en arquitectura, Gabriel Sánchez Viveros logró llevar la vida y el color de la cultura mexicana a los rincones más profundos del planeta gracias a HRH Saud Bin Abdul Mossèn, un príncipe de Arabia Saudita.
Autopercibido como alguien de fácil comunicación, creativo, trabajador, con ganas de aprender de lo que sea, aseguró que gracias a la atención que le dieron sus padres inició el trabajo de su vida; ellos detectaron sus dotes y desde pequeño lo impulsaron hasta que en su adultez pudo estudiar en la Facultad de Arquitectura de la UNAM.
“Tuve la fortuna de que mis padres identificaran lo que me gustaba, me metieron a todos los cursos de arte que se pudieran para que yo aprendiera. Años después tuve la fortuna de estudiar en CU y en ese momento me meto al arte a la par de la arquitectura”, platica.
Luego de haber egresado de su alma mater y tras realizar varios trabajos en México, Estados Unidos y Alemania, Jorge Rubio, un diseñador y buen amigo de él lo presentó con HRH Saud Bin Abdul Mossèn, un príncipe de Arabia Saudita y así comenzó un proyecto de seis meses que se extendió a más de 15 años.
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OASIS MEXICANO EN EL DESIERTO ÁRABE
Su trabajo es producto de la enorme mezcla cultural y del orgullo que le generan sus raíces. Sus creaciones y diseños hicieron que poco a poco que el mexicano se convirtiera en el artista que enamoró a Arabia, pues logró plasmar el colorido, la esencia y la vida del país, desde el norte caluroso hasta la selva del sureste mexicano.
“El llegar allá como arquitecto y como artista representando a mi país fue un orgullo enorme, los mexicanos somos muy grandes, no estamos sentados y esperando a que nos digan lo que tenemos que hacer.
“Me invitan a realizar este trabajo y descubren las enormes capacidades que tengo, empiezo a presentar mis proyectos y termino trabajando para varias personas, no sólo para la familia real”, señaló en entrevista. Nuestro país cuenta con una infinita riqueza cultural debido a la herencia y la historia de los 32 estados de la República.
Es a raíz de esto que se inspiró para plasmar y diseñar diferentes conceptos para la creación de una villa de reposo, la cual por su colorido resalta del resto.
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PREPARARSE PARA CREAR Y NO DESTRUIR
Gabriel Sánchez vivió y trabajó muchos años fuera de México, donde conoció a personas que le enseñaron a aprovechar todo ese conocimiento, lo que lo mantiene listo para construir y crear en todo momento.
“Las cosas no te caen del cielo, tienes que prepararte, estudiar y salir adelante, hay que estar creando”, concluyó.
Flores y Arena, la más reciente exposición del arquitecto mexicano donde narra una
historia muy personal, se encuentra en el Museo Casa de la Cultura Postal en la Ciudad de México hasta el 14 de abril de 2024, de martes a sábado de 10:00 a 17:00 horas.