La reunión de cancilleres del G20 dio inicio en Río de Janeiro, donde las tensiones en torno a Gaza y Ucrania se destacaron, además de que Brasil criticó fuertemente la “parálisis” del Consejo de Seguridad de la ONU en la resolución de dichos conflictos.
La cita, que por primera vez presidió en Brasil, se realizó en medio de una controversia, debido a que Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil acusó a Israel de cometer actos de “genocidio” en la Franja de Gaza.
Por lo que el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken expresó su “desacuerdo” con las declaraciones del mandatario brasileño. Además de que dichos comentarios indignaron a Israel, por lo que declararon al mandatario izquierdista como “persona non grata”.
Mientras que el canciller brasileño, Mauro Vieira señaló que “las instituciones multilaterales no están debidamente equipadas” para enfrentar los desafíos actuales, al evidenciar la falta de acción por parte del Consejo de Seguridad en los casos de Ucrania y Gaza.
Brasil, en su rol de anfitrión, tiene como objetivo impulsar una “reformulación” de los organismos multilaterales, especialmente del Consejo de Seguridad de la ONU, que acusa de fracasar en cuanto a las resoluciones de las guerras en Ucrania y Gaza debido a los últimos vetos que piden un alto el fuego inmediato en Gaza, por parte de Estados Unidos y Rusia respectivamente.
El rechazo de dichos proyectos que buscan una tregua en el enclave, aumentaron las tensiones en la reunión del G20.