Pocas personas creen que el interés de los curas por pacificar el país sea auténtico. Los tiempos electorales y los antecedentes del clero católico en sus relaciones con el crimen organizado arrojan más dudas que certezas.
El clero hace política desde el púlpito desde meses atrás, y, por si fuera poco, interviene en situaciones de seguridad, como sucedió recientemente con los obispos de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Ciudad Altamirano, Tlapa, y el arzobispo de Acapulco, con integrantes del crimen organizado para negociar una tregua y frenar la violencia que azota ese estado.
En este mismo sentido, Morelos señala padecer momentos complicados en materia de seguridad. En lo que va de 2024 se acumulan más de 150 homicidios, entre ellos los de un regidor y el ataque a un periodista, ambos en Cuautla. Por cierto, tan sólo este fin de semana se registraron 15 homicidios dolosos, entre ellos los de cinco mujeres en la entidad.
En este panorama la Iglesia Católica, irrumpe en el escenario político, aparentando buena fe, y señalando que los curas lograron una tregua en Guerrero, sin intervención del gobierno en ninguno de los tres niveles.
Descalifican, por un lado y por el otro, intentan ganar simpatías de la gente, para luego influir en el destino de su voto en plena misa. En este escenario resurge la Unión Nacional Sinarquista, apegada hasta el fanatismo, a la Iglesia Católica desde hace más de 100 años, y participa en marchas por la democracia con consignas denunciando falta de seguridad en el país.
El trato entre curas y narcos no es nuevo, está aún presente en la memoria de los mexicanos la reunión que tuvieron los hermanos Arellano Félix, en 1993, con el entonces Nuncio Apostólico, Girolamo Prigione.
El 11 de enero de 2010, muere el sacerdote Gerardo Montaño, quien fungió como enlace entre los hermanos Arellano Félix y el nuncio apostólico, Girolamo Prigione, se dice que de un coma diabético, a los 58 años.
El entonces procurador General de la República Jorge Carpizo McGregor, reclamó al clérigo no haberle llamado para detenerlos, pero el representante del Papa en México, adujo secreto de confesión.
El obispo Salvador Rangel Mendoza ha señalado que, desde el 1 de diciembre de 2018, Guerrero está en manos de los cárteles de la droga admite que ha sostenido reuniones con las bandas de la delincuencia organizada ya que le piden su intervención para lograr pactos, que cuando se rompen, es cuando se desata la espiral de violencia en el estado.
Es historia también el hecho de que, en una iglesia de Pachuca, en el estado de Hidalgo, se dio un donativo de Heriberto Lazcano, quien fuera líder de Los Zetas, el grupo armado del cártel del Golfo, de acuerdo a lo publicado por la BBC Mundo.
El 21 de junio de 2022, fueron asesinados dos sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, dentro de un templo de la comunidad de Cerocahui, Chihuahua. Algunos los ven como santos, otros como parte del conflicto de inseguridad en la zona.
Hay poblaciones lejanas donde la relación entre los sacerdotes y los miembros del crimen organizado es cotidiana, no es sólo una escena de películas; sin embargo, ahora la Diócesis de Cuernavaca abrió la puerta para que, “en caso de ser necesario”, la iglesia busque un acuerdo entre grupos criminales, como ocurrió en Guerrero, para detener la “violencia extrema” que se vive en la entidad; por su parte, el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, aseguró que negociar con el narco sería “un error gravísimo”.
El vicario general de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, aseguró que “en caso de ser necesario, la Iglesia podría recurrir a buscar una tregua con grupos criminales en Morelos, como ocurrió en Guerrero”. A tres meses de las elecciones el clero católico se adueña de un lugar en el espacio de los medios pero en la sección política, no en el espacio dedicado a la seguridad. Esto debe interpretarse dentro del marco histórico pero también dentro del estricto marco de la ley.
PEGA Y CORRE.- Luego de haber adoptado dos candidaturas muy polémicas al Senado, Movimiento Ciudadano, parece resquebrajarse. Patricia Mercado, quien era la encargada de llevar la campaña de Jorge Álvarez Máynez, a la Presidencia de la República, renuncia a este encargo, dejando sólo al joven e inexperto abanderado emecista…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.