Teniendo como telón de fondo una fotografía de José Agustín y Margarita Bermúdez en la icónica y reveladora mirada de Rogelio Cuéllar, sobre la escalinata y una alfombra roja que sirve de sustento a sus restos, corren voces en honor a José Agustín.
Fue el pasado 16 de enero que, pasado el mediodía, cayó la noticia sentida de la muerte del autor de La panza del Tepozteco. Aunque doloroso, no hubo exceso de sorpresa, pues días atrás se le había realizado ya la extremaunción. Ya sabía el maestro que el tiempo estaba siendo contado.
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Como solo podía suceder con un escritor de sus alcances, su homenaje póstumo tuvo lugar en el Palacio de Bellas Artes.
Por entre las voces que le dedicaron discursos breves o extensos, llenos de humor y nostalgia, pero sobre todo reconocimiento, destacan las palabras de José, Jesús y Andrés, sus tres hijos.
Fue su hijo Jesús quien dio inició al repaso biográfico de su padre, desde una mirada a consecuencia de su objeto de estudio: la ciencia. Pero también aborda momentos de completa ternura, como las noches y días de lectura que su padre tenía para con ellos. Asimismo, hizo un recuento de esos aspectos únicos que revelaban de cuerpo completo de José Agustín: su I Ching, el volumen alto (en música y voz) y adoptar siempre la libertad.
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A Jesús le sucedió José Agustín hijo, el menor de los tres que conforman la progenie. Con la broma característica y ese lenguaje propio del que José Agustín bebió para dotar de genio a sus personajes, su hijo menor le recuerda con algo más de júbilo, sin tanta sobriedad. Tanto, que leyó un par de fragmentos de Cerca del fuego, una de las obras más recordada del también dramaturgo.
Finalmente, el hijo mayor del cuentista se hizo del micrófono para, como no queriendo la cosa, recopilar, desde su grandilocuencia característica y ese humor propio y discreto, toda la serie de memorias antes abordas por sus hermanos. Destacando una vez más todo aquello que su padre les inculcó y dio en vida, siendo el amor lo más valioso de todo.
“Espero estés descansando ahí, cerca del fuego”, respetó.
Con sumo cariño y cuidado, Margarita Bermúdez depositó, en compañía de sus hijos, la encargada de la Secretaría de Cultura y la escritora Elena Poniatowska, las cenizas de José Agustín, su compañero de vida.
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— @diario24horas (@diario24horas) February 25, 2024