La manera como se mide el desempleo en México podría resultar más útil si la información derivada de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que levanta el Inegi se usara para diseñar políticas de Estado y no con fines políticos.
Este trabajo del Inegi es muy completo, pero aislar la Tasa de Desocupación y presentarlo como un indicador comparable de México con el mundo es una gran falsedad.
Es bajo ese criterio político que se pretende ubicar a México como uno de los países con menor desempleo entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La realidad es que, en la OCDE, ese club de países de desarrollo alto y medio, habitualmente México aparece entre los últimos lugares en prácticamente todas las mediciones, menos esta.
Se miden peras contra manzanas cuando aparecen entre las tres primeras naciones con menos desempleo Japón, Corea del Sur y México. Tres naciones que reportan tasas de desempleo inferiores al 2.7% de la Población Económicamente Activa (PEA), cuando el promedio de la OCDE es de 4.8%. ¿Cómo?
Con eso se llenan la boca hasta en las mañaneras, pero la realidad es que México no está al nivel de desarrollo, no digamos de Japón, que vive en el primer mundo desde la postguerra, sino de Corea del Sur, que en los años ochenta del siglo pasado tenía un Producto Interno Bruto per cápita menor al de los mexicanos.
Lo que tiene México, que no tiene prácticamente ningún otro país de la OCDE, quizá solo Colombia, es un descomunal mercado informal que se adereza con empleos formales de pagos bajos.
Además, hay que entender que en México una persona ocupada es aquella mayor de 15 años que durante una semana laboró al menos una hora, con o sin pago, en una actividad económica.
Evidentemente que con ese criterio es muy fácil tener personas ocupadas y peor cuando se confunden términos como desocupados, desempleados o en paro, que simplemente no son sinónimos.
Si entendemos que en México hay registrados 32 millones y medio de personas en la informalidad, que representan 54.8% de la población ocupada, veremos lo lejos que estamos de Japón, o de quien sea.
Si queremos entender cuál es la situación del mercado laboral en México, lo primero que tenemos que analizar es este porcentaje tan elevado de personas que laboran sin ningún tipo de prestación o seguridad social, con casos tan extremos como Oaxaca y su tasa de informalidad del 81.1%, de la mano de Chiapas con el 73% de toda la población económicamente activa.
Esos son blanco fácil de los programas asistencialistas que prefieren mantener a las personas en la pobreza, pero fieles a quien debería ofrecerles mejores condiciones laborales y no una limosna electoral.
Las cifras que verdaderamente nos muestran la condición laboral de nuestro país son estas dos, en sus números actualizados hasta el cuarto trimestre del año pasado:
La Tasa de Subocupación, aquellas personas que tienen tiempo y necesidad de más trabajo, que fue del 7.8% de la PEA, y la Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación, los que trabajan poco, ganan poco y están en condiciones precarias de ocupación, que fue del 31.2% de la PEA. Esa es la realidad laboral mexicana.
@campossuarez