Pese a los esfuerzos del gobierno para proteger a una especie amenazada por las supuestas propiedades terapéuticas y afrodisíacas de sus cuernos, cazadores furtivos mataron el año pasado a casi de 500 rinocerontes en Sudáfrica, 11% más que en 2022, según el Ministerio de Medio Ambiente.
Sudáfrica alberga un 80% de la población mundial de rinocerontes, pero operan muchos cazadores furtivos que buscan enriquecerse vendiendo sus cuernos, codiciados sobre todo en Asia.
De acuerdo con el Ministerio, en 2023 se mataron a 499 de estos herbívoros de piel gruesa, la mayoría en parques estatales.
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Estas cifras dibujan “un panorama preocupante”, según el grupo Save the Rhino International, que pide que se desplieguen urgentemente más recursos contra las redes de caza furtiva.
“No hay una solución de la noche a la mañana, pero con un rinoceronte cazado furtivamente cada 17 horas en Sudáfrica, no podemos permitirnos perder más tiempo”, comentó Jo Shaw, director general del grupo.
La mayoría de los rinocerontes fueron cazados en la provincia oriental de KwaZulu-Natal, donde se encuentra el parque Hluhluwe-Imfolozi, la reserva más antigua de África, que perdió 307 ejemplares.
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“Se trata de la mayor pérdida por caza furtiva en esta provincia”, afirmó la ministra del Medio Ambiente, Barbara Creecy. “Equipos multidisciplinarios continúan trabajando sin descanso para frenar” esta tendencia, añadió.
Los cuernos de rinocerontes son muy codiciados en mercados negros, donde el precio por peso rivaliza con el del oro y la cocaína.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) informó que, gracias a los esfuerzos de conservación, el número de rinocerontes aumentó en África. Alrededor de 23 mil 300 ejemplares deambulaban por el continente a fines de 2022, 5.2% más que el año anterior, indicó la UICN. Cerca de 15 mil de ellos viven en Sudáfrica, según estimaciones de la Fundación Internacional del Rinoceronte.